Cada 25 de febrero, se recuerda la primera cirugía realizada en 1957 cuando los médicos franceses, André Djourno y Charles Eyrés insertaron un hilo de cobre dentro del oído interno de un paciente, logrando que fuera capaz de percibir el ritmo del lenguaje.
En nuestro país, la operación de implantación coclear se realiza desde 1986 con miles de casos exitosos. Se trata de un dispositivo electrónico que se implanta quirúrgicamente en el oído interno que convierte las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan directamente el nervio auditivo, que a su vez envía esas señales al cerebro.
En la provincia, existe un equipo de fonoaudiólogas que prestan servicio en el Hospital de la Madre y el Niño que trabajan en la primera infancia para prevenir, evaluar y acompañar a los bebes y sus familias. La licenciada Ana María Fernández, MP L.F 014, referente del Programa Pesquisa Auditiva y miembro del equipo de Fonoaudiólogas del Servicio de Rehabilitación del nosocomio, nos cuenta el proceso para la evaluación en niños y cómo una detección temprana puede llevar a una mejor adaptación y efectividad del trasplante.
Consultada sobre los beneficios que genera este procedimiento, manifestó: “El implante coclear ha sido algo mágico dentro de la medicina, porque implica muchos beneficios a nivel social, cultural, de aprendizaje, es lo que le permite al niño o al adulto, poder escuchar”.
“Adquirir en el caso del niño el lenguaje y lo habilita para otros aprendizajes, en el caso del adulto, que ya perdió su audición y se decide por un implante, impacta en sus habilidades sociales, cognitivas y socioculturales, evitamos con el implante que ese paciente quede aislado o que comience a impactar sobre sus habilidades cognitivas”.
En ese sentido diferenció al “implante prelingual que es cuando el implante se hace antes de lo que es la adquisición del habla del lenguaje, del pos lingual cuando ya pasó esa etapa y el niño recién ahí comienza con el planteo y se hace la cirugía”. También destacó “hay muchos más beneficios con el prelingual, por una cuestión de neuro plasticidad de nuestros cerebros. En ambos casos necesitamos el tratamiento a través de la habilitación o rehabilitación auditiva, eso es lo que necesita cualquiera de los dos. A través de esta estimulamos ese nervio para que comience a procesar estos estímulos auditivos, esos estímulos son del medio ambiente pero también los referidos a la adquisición del lenguaje, de la comunicación y de los aprendizajes sistemáticos”.
El Hospital de la Madre y el Niño está adherido al Programa Nacional de Pesquisa Auditiva, “Esto nos permite contar con la aparatología y poder trabajar desde un primer momento al bebé, por ley el niño o niña tiene que tener las Otoemisiones Acústicas desde que nace hasta el primer mes, la mayoría de los nacimientos se dan en nuestro hospital, ósea que todos los niños que nacen acá se van con los estudios realizados. A los papás se les brinda las alarmas a tener en cuenta para detectar si su hijo está escuchando o no, si hay antecedentes de riesgo, ese niño sigue por lo que llamamos, protocolo de seguimiento donde se intercalan estudios para la evaluación”.
Indicando el paso a paso de estas evaluaciones indicó: “Para llegar al implante necesitamos un diagnóstico, eso inicia con estudios previos, generalmente se realiza la otoemisión acústica cuando el bebé nace, ahí empieza el protocolo de evaluar al bebé para ver si tiene una posible hipoacusia severa o profunda, ese estudio se hace a los 48 horas de nacido el bebé y si están bajas las respuestas se realizan otros estudios para llegar al diagnóstico, como el potencial de screening, potencial evocado auditivo y lo que es percepción del habla, una vez que se realizan todas estas pruebas y se llega a este diagnóstico se decide indicar el implante coclear”.
Ante cualquier consulta o alerta, acudir al Pediatra para que los derive al servicio de Rehabilitación del Hospital de la Madre y el Niño que cuenta con los profesionales tanto Fonoaudiólogos como Otorrinolaringólogos para evaluar y asesorar al paciente.