Aunque por pertenencia a su fuerza política esta afirmación podría resultar una verdad de Perogrullo, cabe señalar que los gobernadores riojanos no hicieron gala de convicción y entrega al liderazgo kirchnerista cuando tuvieron muchas oportunidades.
Como sea, desde el inicio de su gestión, Quintela tomó partido y tuvo la capacidad como para hacérselo sentir a los medios hegemónicos, claves en la construcción del relato destituyente opositor, a quienes les gusta demonizar a los peronistas “con carácter”.
El resultado de esa antítesis de la “tibieza” de la que todavía se habla puertas adentro (y no tan adentro) del Frente de Todos, es que el gobernador ha cosechado, no solo por parte de los integrantes del gabinete nacional, sino del propio presidente, un puñado de gestos políticos favorables que se transformaron rápidamente en activos para su gestión al frente de la provincia y en medio de una situación extraordinariamente compleja como fue el tiempo de pandemia.
El último de estos gestos, llegó el martes pasado por parte del secretario de Industria de la Nación, Ariel Schale, quien afirmó que “La Rioja se está posicionando como uno de los polos industriales en esta etapa de reindustrialización de la Argentina” mientras recorrió, acompañado por el gobernador, el Parque Industrial riojano.
Tal afirmación, en el escenario político y económico que impulsa el presidente y que hace horas ratificó el ministro de economía Martín Guzmán, en relación a la reindustrialización del país como eje del proceso económico, no puede menos que llenar de expectativas a todos los riojanos.
En efecto, el direccionamiento de las primeras inversiones industriales durante un año sumamente complicado, la reapertura de establecimientos textiles que se vieron obligados a cerrar durante el macrismo; el trabajo conjunto entre Nación y Provincia, reconocido por Tetra Pack, por mencionar solo algunas de las industrias; la implementación del Programa Riojano de Inclusión Laboral (PRIL), en medio de la pandemia y, finalmente, la demanda conjunta de los diez gobernadores del Norte Grande, de trabajo genuino, son algunas de las intensas gestiones que protagoniza Ricardo Quintela en demanda de atención a una provincia que contribuyó a la formación de la Argentina y que no ha recibido retribución justa durante más de doscientos años.
CUANDO EL RIO SUENA…
Aunque ya lo había anunciado oportunamente el ministro de Trabajo, Empleo e Industria, Federico Bazán, ya se encuentra en marcha el Plan de Rehabilitación del Parque Industrial, que cuenta con financiamiento del Programa Nacional para el desarrollo de Parques Industriales, y que consiste en poner al Parque Industrial en las mejores condiciones para albergar a futuras inversiones industriales que, se espera, sean atraídas por las políticas públicas generadas en conjunto, entre la Nación, la liga de gobernadores el Norte y el gobierno provincial para devolverle la vida a nuestro Parque Industrial riojano.
Contempla trabajos de asfaltado, instalación de luminarias, fibra óptica, equipamiento urbano, señalamiento vertical y parquización, entre otros; y abarca nada menos que la instalación, en total, de más de 31 mil metros cuadrados de asfaltado.
En definitiva, el relanzamiento del Parque Industrial riojano que se puede visualizar en el corto plazo, no tiene antecedentes desde la famosa ley 22.021, pero con instrumentos jurídicos más modernos y equitativos que hagan sustentables esas inversiones y que contribuyan al proceso de transformación de la provincia anunciado por el propio gobernador durante su campaña política.
Y por último, cabe hacerse esta pregunta: ¿Qué otra razón tendrían, tanto la Nación como la Provincia, en realizar semejante inversión, si no estuviera sustentada por un plan de ampliación de industrias existentes y de instalación de nuevos proyectos industriales en La Rioja?