<div style="text-align: justify;">El modelo de trabajo incluye a padrinos y madrinas que acompañan y brindan apoyo a los vendedores; esto permite que la idea se multiplique y se replique en otros lugares.<br></div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">COMUNIDADES</div><div style="text-align: justify;">Una cadena solidaria reúne donaciones de libros para que los vendan personas en situación de calle</div><div style="text-align: justify;">Un Libro x Una Oportunidad es una idea de dos amigas ―Cecilia Gallo y Marina Peluffo― que se lanzó en una cuenta de Instagram, se viralizó y no para de crecer. La iniciativa nació en la Ciudad de Buenos Aires en plena pandemia y ya son más de ochenta las personas que, si bien siguen enfrentando adversidades, recuperaron la posibilidad de ganar un sustento y lograron nuevos vínculos en los barrios donde tienen sus puntos de venta entre vecinos, clientes, comercios que ayudan. El modelo de trabajo incluye a padrinos y madrinas que acompañan y brindan apoyo a los vendedores; esto permite que la idea se multiplique y se replique en otros lugares.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">“Durante 2020, en plena cuarentena sanitaria, la realidad de las personas en situación de calle se agudizó; veíamos a cada vez más gente sin un techo. Como había poca circulación, era más notorio: solo estaban a la intemperie quienes no tenían adonde ir”. Quien habla es Cecilia Gallo, licenciada en Ciencias de la Comunicación. Vive en la Ciudad de Buenos Aires y trabaja en la gerencia de modernización de una institución. Junto con la psicóloga Marina Peluffo ―amiga desde el colegio― en marzo de 2021 crearon Un Libro x Una Oportunidad, una cadena solidaria en la que personas en situación de calle venden libros que se consiguen por donaciones. Desde entonces el proyecto no para de crecer.</div><div style="text-align: justify;"><img src="https://www.redaccion.com.ar/wp-content/uploads/2022/06/imagen04-7.jpg" alt="" align="none"><br></div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Empezaron con la idea de ayudar a generar un ingreso económico, sin imaginarse que la iniciativa iba a ser un puente hacia logros más profundos y transformadores. Hoy, personas que estaban marginadas se volvieron protagonistas del barrio donde tienen su puesto y crearon lazos con los vecinos, con sus familias y con los comercios.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">La visión de las fundadoras refleja una realidad que nos atraviesa. Al caminar por los barrios y ver a alguien en situación de calle se disparan sentimientos de incomodidad, impotencia, dolor, bronca, enojo, tristeza. Y la reacción de la mayoría suele ser seguir caminando, mirar para otro lado, ignorar. Otros ofrecen una mirada amable, una sonrisa, algo de plata o un llamado a los servicios sociales. Es que la solución a un problema social tan complejo no está en manos de los ciudadanos comunes. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Sin embargo, a Cecilia y a Marina la incomodidad se les hizo cada vez más fuerte, hasta llegar a ser intolerable. Sintieron que ya no podían seguir de largo y que tenía que haber algo concreto que se pudiera hacer. Ese sentimiento clavado marcó un cambio que las llevó de la desesperanza a la acción. Empezaron a pensar alternativas.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">“En medio de la cuarentena veía desde mi ventana a cada vez más gente en situación de calle y era angustiante porque no nos dejaban salir. Nos decían que el peligro estaba afuera y veías a cada vez más personas ahí, sin suficiente ayuda”, cuenta Marina, que trabaja en una fundación oftalmológica con pacientes de bajos recursos. “Más adelante, iba caminando un día por la calle y me encontré en Laprida y Juncal un puesto de venta de libros atendido por un señor llamado Darío. Me acerqué y le compré dos a muy bajo costo. Cuando me estaba yendo le dije que le iba a llevar libros y me dijo que sí, que la gente le llevaba muchos.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Automáticamente pensé: "Esto puede ser un golazo para la gente en situación de calle’”.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">El proyecto</div><div style="text-align: justify;">Enseguida, Marina le propuso a Cecilia juntar libros y entregarlos para vender. Casi todas las personas tienen libros en sus casas y a veces nadie los lee. Así nació la cuenta de Instagram @unlibroxunaoportunidad, como una respuesta posible a un desafío enorme. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Esta no era la primera vez que estas dos amigas juntaban donaciones a través de las redes. Así que con la experiencia acumulada y el nuevo desafío empezaron a aparecer ideas. Por ejemplo, la de sumar padrinos y madrinas, que son quienes detectan a la persona en situación de calle, le llevan los libros para que venda, generan un vínculo y se comprometen a acompañarla. Hoy, este rol es clave porque esas personas hacen un seguimiento semanal de cada puesto de venta y apoyan a los vendedores en todos los aspectos que rodean a los libros. </div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">El 13 de abril de 2021, Marina y Cecilia subieron el primer posteo y arrancó el proyecto que en un principio congregó a familiares, amigos y conocidos. Otra amiga del colegio, Verónica Bunge, se ofreció a ayudarlas con la difusión y armó un video que contaba la iniciativa. Lo compartieron con algunas personas y se viralizó incluso antes de publicarlo en la propia cuenta. De un día para otro tenían la casilla estallada de mensajes directos enviados por personas que querían donar libros. Otros ofrecían sus casas para recibir ejemplares. Desde ese momento, todo cambió. Más seguidores representaban más barrios, más donaciones, más repercusión y más oportunidades para más personas.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">La ayuda de Verónica, con experiencia en la gestión de redes sociales, fue crucial para lograr visibilidad. El perfil empezó a crecer y de todas partes de la Ciudad llegaron propuestas de gente que quería ayudar a alguien de su barrio, colegios que hacían colecta de libros o señaladores y bolsas, donaciones de retazos de tela para las lonas de los vendedores o autores que ofrecían sus obras. Incluso, un penal se puso en contacto para crear una biblioteca juvenil.</div><div style="text-align: justify;"><br></div><div style="text-align: justify;">Nota completa:<a href=" https://www.redaccion.com.ar/una-cadena-solidaria-reune-donaciones-de-libros-para-que-los-vendan-personas-en-situacion-de-calle/" title="" target="_blank"><b> https://www.redaccion.com.ar/una-cadena-solidaria-reune-donaciones-de-libros-para-que-los-vendan-personas-en-situacion-de-calle/</b></a></div><div style="text-align: justify;"><br></div>