Para el INADI estos concursos tienen un carácter discriminatorio, sexista, promueven la violencia contra las mujeres y la discriminación por aspecto físico.
Estos concursos de belleza entre niños, niñas, adolescentes y jóvenes refuerzan la idea de que las personas deben ser valoradas y premiadas
exclusivamente por su apariencia física, basada en estereotipos y un modelo estético impuesto en esta época, en nuestra sociedad, asociados
entre otros caracteres o atributos corporales, a la delgadez y la altura, la juventud o, en la adultez, el aspecto joven sin envejecimiento visible y el color de piel claro.
“Para el INADI La Rioja el tema reviste una importancia significativa ya que según los datos del último Mapa de la Discriminación, la
discriminación por aspecto fisco ocupa el tercer lugar entre las experiencias de discriminación experimentada. Por ello instamos a los organizadores de estos eventos a la reflexión para entender la lógica de la exclusión cuando estos concursos ponen a las personas en el lugar
de un objeto de exposición para ser miradas, juzgadas y evaluadas según sus atributos físicos”, explicó la delegada del INADI La Rioja.
Tal como se destaca en el informe Discriminación por aspecto físico elaborado por el Instituto: “el modelo de cuerpo bello que se asume como
universal no se corresponde con la diversidad que presentan los cuerpos reales. La exigencia que impone este paradigma genera sufrimiento: las
personas se encuentran frente a una mirada social que sanciona y reprueba. Se imponen reglas y mandatos en relación con el propio cuerpo, que debe ser controlado y corregido”.
“Consideramos que en lo particular estos concursos presentan, además otras cuestiones a tratar, en primer lugar la violencia contra las
mujeres a partir de una violencia simbólica que desde la tradición justifica la banalización de lo femenino, del cuerpo de las mujeres y su
sexualidad y por otro lado la discriminación y la cosificación de las mujeres. Es oportuno hacer notar la falsa noción de igualdad cuando en
estos certámenes también se incluyen a los varones y se eligen reyes. Queda también aquí excluido el colectivo de las personas LGBTI”, expresó la delegada de INADI, Alejandra Romero.
“En general los reglamentos de los certámenes son discriminatorios y sexistas, si se realizan convocando a chicas y chicos a partir de 15 o
16 años y hasta 24 o 25 años en general, les hacen anotar medidas, peso, color de ojos y cabello, y si además les imponen como condición que sean solteros y no tengan hijos. En los casos de niños y niñas del nivel inicial y primario también se eligen reinas y reyes donde las nenas
desfilan en trajes de baño con tacos y los jurados, muchas veces funcionarios públicos, les evalúan con puntaje en función de sus atributos físicos. Lo que es peor aún: a veces los jurados suelen ser
los propios compañeros y compañeras que votan al “más lindo” y la “más linda”, explicó Romero.
“En los concursos más tradicionales las mujeres y varones postulantes deben cumplir determinadas características físicas obligatorias, quedando excluidos quienes no las posean, o no las alcancen, siempre sobre la base del modelo de belleza hegemónico: ser alto, delgada, de
ojos claros, sin discapacidad visible, entre otros. Observamos con preocupación que en el proceso de inscripción, se toman las medidas de
los volúmenes y se llenan planillas donde el cuerpo es objeto de clasificación y calificación”, sostuvo.“Estamos también en un terreno de la discriminación cuando nos encontramos con situaciones de hostigamiento, maltrato y acoso que tienen como víctimas a las personas que son elegidas como “los más bellos y bellas”. Ni hablar de aquellas situaciones que provocan verdaderos conflictos psicológicos en aquellos que se sintieron excluidos por no haber sido elegidos”, expresó.