<div>Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, que lo vamos conociendo a medida que transitamos este camino universal que llamamos vida. Tal es así l<font color="#003399"><b>a historia de Laura Vera, que las circunstancias de la vida la convirtieron en madre. Se tuvo que hacer cargo de sus 6 hermanos luego de que su madre falleciera. “Mi mamá falleció en marzo de 2013. Tuvo 2 infartos y cuando ingresaba a Terapia Intensiva le dio un tercer infarto, pero no lo pudo resistir”, relató Laura con el dolor de una familia que quedaba sin su madre. </b></font><br></div><div><br></div><div><font color="#000000"><span style="background-color: rgb(255, 255, 102);"><b>Además, el padre de las 3 hermanas más chicas, Víctor Hugo Costilla, 2 años antes del fallecimiento de su madre, “se fue y no supimos más de él. Nosotros lo buscamos porque él tenía para cobrar la asignación de las chicas, pero nunca apareció. Hasta el día de hoy lo buscamos”.</b></span></font></div><div><br></div><div> “Se vinieron momentos muy difíciles. 2 de mis hermanas más chicas: Teresa y Rosario se fueron a vivir con mis abuelos a Guanchín. Ese año, recuerdo, en abril comencé a hacer los trámites de la guarda de mis hermanos, para que nos quedemos todos juntos”, describió Laura, al revivir su historia, y agregó: “Ese mismo mes, llevé a Abigail, la más pequeña, a control con la oftalmóloga, ya que al año y 3 meses le detectaron Glaucoma congénito en su ojito izquierdo. Todo era nuevo para nosotros”. <br></div><div><br></div><img src="https://live.staticflickr.com/65535/52429201974_84ff791415_b_d.jpg" alt="" align="none"><div><br></div><div>Asimismo, comentó Laura en diálogo con La Red, que <font color="#003399"><b>inició los trámites para que las 2 hermanas que estaban con sus abuelos regresen con ella. “Tuvimos que pasar por muchos problemas, pero al fin, pudieron regresar, y en enero del 2014, me casé con mi pareja, David Godoy, y las cosas comenzaron a querer acomodarse”. </b></font><br></div><div><br></div><div>Sin embargo, ese año, “la Dra. de Abigail, que está en Capital, la derivó al hospital Garrahan, en donde le realizaron un tratamiento con hielo para lograr detener la presión ocular. Allí estuvimos 3 semanas, que se hicieron eternas, Tuvimos que conseguir hospedaje, ya que no teníamos ayuda”, comentó y al instante agregó: “El tratamiento no resultó, probaron con otros métodos más complejos, pero no mejoró”. <br></div><div><br></div><img src="https://live.staticflickr.com/65535/52429440138_d68261f857_b_d.jpg" alt="" align="none"><div><br></div><div>Laura resaltó que “la presión de su ojito seguía aumentando y la telita del ojo era muy finita y si la presión seguía creciendo podría llegar a reventarse, entonces, le practicaron una cirugía, una enucleación ocular. Ahí iniciamos los trámites para una prótesis, que le duró casi un año y la tuvieron que cambiar, porque al ir creciendo, su cavidad ocular también. Por lo tanto, a los 18 años recién le podrán cambiar nuevamente la prótesis”.</div><div><br></div><div><font color="#003399"><b>Abigail continúa con sus controles aquí en la Capital, “y la Dra. está tratando de que todo sea muy rápido para que no sufra. Ella ahora está todo el tiempo con un parche ya que la prótesis le era chiquita”.</b></font></div><div><br></div><div>“Actualmente, mi marido trabaja en la zona rural de Chilecito y yo tengo un PEM municipal. Además, vendemos productos ambientales, sábanas, de todo un poco, para poder mantenernos”, asintió. <br></div><div><span style="background-color: rgb(255, 255, 102);"><br></span></div><span style="background-color: rgb(255, 255, 102);"><font color="#000000"><b>“La pasamos muy difícil, pero nada es imposible”, finalizó Laura Vera con la fuerza de una mujer que se convirtió en madre y siente orgullo por ello. Es que ser madre no se mide por lo que dejas atrás, sino por lo que ganas al hacerlo.</b></font></span><br><br>