Sus brillos, su performance y las referencias a la cultura pop de los 2000 convirtieron a Lali Esposito en una diva contemporánea. Sin embargo, recientemente fue acusada por “promover la homosexualidad” en sus shows.
En un programa radial un músico llamado Rilo acusó a Lali de vender la homosexualidad “como algo normal”. “Hay una minoría de la sociedad, que se llama LGBT, que contamina a la música para condicionar a la población y adoctrinarlos. Y más a los más débiles, a la juventud, a los más frágiles”. La artista vino a romper el modelo binario y mostrar que aquello que se denomina “lo normal” no es lo real.
¿Será que Lali dispara a través de su música un rayo homosexualizador capaz de convertir en gay a todo aquel que la escuche?, ¿cuál fue el recorrido de la artista para ser considerado un icono gay?, ¿qué es un icono gay?, ¿por qué casi siempre estos iconos son mujeres?
Desde Marilyn Monroe y Madonna hasta nuestra actualidad con la gran Lali Espósito, existe un dicho que afirma que en algún momento de la vida de todo gay, adopta a una de estas artistas como su hada madrina pop para guiarlo en su camino. ¿Pero qué es lo que tienen en común estas artistas y por qué son un ícono para la comunidad?
La Red La Rioja dialogó con Axel Fritzler y Pablo Taboada, creadores del podcast Sodomarama, donde analizan series y películas LGBTIQ+, quienes explicaron que: “Lo que define a alguien como icono gay es algo mágico, como un don. Da la casualidad que la mayoría son mujeres, porque son aliadas naturales de los gays, al igual que nosotros sufren de una sociedad normada y heteropatriarcal”.
Otro punto en común es que la mayoría de estas mujeres son ídolas pop. Mujeres transgresoras que rompieron moldes en una sociedad que, en su momento, criminalizaba la expresión sexual. Tales fueron los casos de iconos como Marilyn Monroe o Madona, emblemas de la revolución sexual de los años 60 y 80. De cierta forma el público gay es atraído por esa transgresión y lo toman como refugio y bandera de identidad.
Kylie Minogue, Rafaella Carra, Gloria Trevi, Britney Spears, Miley Cyrus son algunas de las artistas que son un ícono para la comunidad: “Todas tienen en común eso, no solo son divas, talentosas e icónicas, sino que son mujeres, y son íconos”.
En cuanto a los varones, podemos mencionar a Freddie Mercury, sin embargo, no existen otros grandes referentes para la comunidad: “Supongo que no hay iconos gays varones porque al varón gay no le gusta verse reflejado, sino proyectado. Por ejemplo, una película que retrata fielmente la vida de un gay no se ve tanto como otra en la que hay fantasía, o una historia donde el amor es prohibido. En cambio, no tienen tanto éxito las series donde se muestra a alguien hablando por Grindr o bailando Dua Lipa. Tiene que ver con eso: al gay le gusta verse proyectado, y en una diva se ve proyectado en lo que él nunca va a ser, quizás porque no quiere, pero le gusta fantasear a veces que es una diva, que es Madona o Gaga”, reflexionó Axel.
“Todas tienen en común eso, no solo son divas, talentosas e icónicas, sino que son mujeres, y son íconos”.
Ambos realizadores coinciden en que la admiración hacia estas artistas radica en la sensación de libertad que transmiten. En una sociedad donde el hombre homosexual tuvo que ocultar su identidad para ser aceptado, ver a Madonna brillar en su performance de Vogue, rodeada de miembros de la comunidad LGBTQ+, durante los años 90, fue un grito de rebeldía y un paso hacia la ruptura de cadenas que se liberaban poco a poco.
“Toda esa proyección está muy clara en Lali. Con su último álbum dio un giro estratégico al darse cuenta de que tiene muchos seguidores gays y que nadie estaba haciendo lo que ella tenía en mente: retomar el estilo del pop de los años 2000. Así logró llenar un estadio como Vélez”, explicaron.
Otro punto que es oportuno mencionar es que la persona que ayudó a Lali en la composición de algunos de sus más grandes hits es un varón gay: Martín D’Agosto es el músico que compuso y produjo junto a la cantante “Disciplina” y “Diva”, dos de sus más grandes hits de su nueva era y que marcaron un camino arriesgado para lo que venía haciendo como artista.
Los expertos en cine aseguran que en la actualidad no hay otras artistas que vayan por el mismo camino pop de Lali: “Al menos en Sudamérica se podría nombrar a Pablo Vital, pero no se me ocurre otro artista que se anime a decir ‘me gustan los chicos o me gustan las chicas’ y a la vez abrazar a la comunidad y hablarle directamente. No creo que haya muchos y es por eso que el público gay es tan fiel cuando se le habla de esa manera”, concluyeron.