En un clima tenso, la dirigencia cruzó reclamos y exigencias para que la mesa de conducción sea más amplia. Pedidos de elección interna y cuestionamientos a La Cámpora.
“La primera tarea que tenemos que hacer es unificar al peronismo. Organizarnos. En este espacio no sobramos ninguno. Pero con la unidad no es suficiente. Es necesario que el peronismo vuelva a reconciliarse con su pueblo. No voy a buscar culpables porque sería perder el tiempo. Hay que mirar para adelante”. Las palabras que abrieron el Congreso del PJ fueron del gobernador de Formosa, Gildo Insfrán. Lo que siguió a ese discurso fue el inicio de un debate a voz alzada sobre el poder en todos sus formatos. La autocrítica de una derrota que aún duele.
El encuentro peronista que se realizó en el microestadio de Ferro fue subiendo en tensión. Casi al mismo ritmo que la temperatura aumentó en las calles de Caballito. Hubo reproches, pase de facturas, frases rimbombantes y enojos anclados en el pasado. Se dijeron lo que hace mucho se querían decir. Es solo el comienzo. El punto de partida de una discusión que la propia dirigencia cree que será más profunda y más dura que otras veces.
Los primeros congresales llegaron a las 10 de la mañana. La sesión comenzó a las 12:35. Veinte minutos después el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, se fue caminando en soledad. Afuera del estadio el ex intendente de Hurlingham Juan Zabaleta esperaba la intervención de su nuevo compañero de militancia, el jefe comunal de Esteban Echeverría, Fernando Gray, una de las voces críticas más fuertes que confrontan con el kirchnerismo y, en especial, con La Cámpora.
“Esto es una democracia, no una monarquía. El que quiere un lugar, que se lo gane como me lo gané yo. Acá no hay más lapicera. Porque en esta elección que pasó, no perdió ni Perón ni Evita, perdió una cúpula de dirigentes cerrada y mezquina que con lapicera y el dedo, y sin consultar a nadie, eligieron los candidatos sin escuchar a nadie. Así nos va.”, fue la sentencia de Gray, apuntando directamente a La Cámpora y a Máximo Kirchner, dueño de una parte de las decisiones importantes en tiempos de cierre de listas.
El tono del discurso de Gray fue el que marcó las casi dos horas y media que duró el Congreso. El intendente bonaerense también dijo que le daba “verguenza la militancia rentada del partido, cuando toman los organismos del Estado con presupuestos millonarios”. Todos entendieron que se estaba dirigiendo a la organización política que conduce el hijo de Cristina Kirchner, que estuvo al frente de los principales organismos estatales durante el último gobierno.
Fuente: Infobae