Educación Domiciliaria y Hospitalaria asegura la continuidad de las trayectorias escolares de los estudiantes que se encuentran en una situación de enfermedad. Actualmente la modalidad asiste a 45 estudiantes de lo que va del inicio del ciclo lectivo y en el 2023 se contuvo a 531 alumnos.
“Ser docente de la modalidad domiciliaria y hospitalaria me hizo sentir una persona útil” dijo Gabriela Pastrana docente de nivel primario que hace 11 años que trabaja en la modalidad Hospitalaria y Domiciliaria. En una entrevista expresó que “le quedan 7 años para jubilarse y le gustaría retirarse del sistema prestando este servicio”. “Para ser docente de esta modalidad hay que tener mucha vocación de servicio y ser humano”, expresó.
Gabriela Pastrana, docente en la Modalidad Hospitalaria Domiciliaria
Al respecto, la docente comentó: “ingresé en el 2016, hace 11 años que trabajo en esta modalidad y es un trabajo diferente al que se hace en las escuelas porque te relacionas mucho con las familias y estas muy cerca del dolor. Trabajamos con los chicos en situación de enfermedad”.
“Me tocó trabajar con chicos con leucemia, incluso tuve alumnos que murieron después de un largo tratamiento no lograron vencer a la enfermedad lo cual significa un trabajo de entrega y dedicación. No solo somos docentes estamos para acompañarlos tanto a los estudiantes como a las familias”, recordó la docente.
En cuanto al trabajo Pastrana indicó que “trabajan en el domicilio y en el hospital, articulan con el docente tutor buscan contenidos y actividades prioritarios. Cuando es un caso de largo tratamiento el docente va todo el año y si ese alumno continúa al año siguiente se cambia de maestro”.
“Es muy difícil para los padres priorizar la educación de sus hijos ante casos tremendos de enfermedad, pero estamos totalmente agradecidos porque nos abre las puertas de sus hogares. Los papás nos agradecen poder contar con esta modalidad”, sumó la maestra.
En cuanto a la modalidad de trabajo, la docente contó que “van con sus pizarrones, el material, los libros”. “Y hacemos la articulación constante con la escuela para trabajar los mismos contenidos que se trabajan en la escuela, es decir que se garantiza la educación”, afirmó.
“Trabajar 1 a 1 es muy diferente que trabajar con 27 alumnos en un aula, estamos permanente mirando a este alumno y acompañándolo en el proceso. Nos enfocamos para poder acompañarlo. Las evaluaciones son realizadas por el docente de aula, nosotros tomamos y ponemos la nota y se la entregamos al docente”, dijo.
Además, agregó que “trabajar en el hospital se hace un trabajo diferente porque los estudiantes son transitorios, las actividades son planificada por cada uno de los docentes y trabajan en la habitación a pie de cama”.
Al ser consultada por cómo surgió la propuesta de formar parte de esta modalidad, Pastrana comentó:“llegó en un momento muy especial en mi vida fui mamá a los 41 años, mi primer hijo, justo estaba de licencia y la anterior directora de la modalidad me ofreció. Al principio me daba miedo ir al hospital por los virus y las bacterias, pero fue la mejor decisión que pude haber tomado, me gusta trabajar uno a uno con estos estudiantes que tienen otro tipo de necesidades”.
Emocionada la docente aseguró que “nos aferramos mucho a cada uno de nuestros alumnos, conocemos sus situaciones y limitaciones. Hay veces que vamos y están con fiebre o sienten dolor, o están atravesando ciertas emociones”.
“Trabajar en educación domiciliara y hospitalaria me hizo sentir una persona útil, para acompañar a ese niño o niña en el proceso de enseñanza aprendizaje como así también a la familia. Uno siente ese agradecimiento constante no solo por el alumno sino también por la mamá y papá que nos recibe con mucho cariño”.
A su vez indicó que “esta modalidad no es para todos, pasaron muchos docentes que fueron abandonando y no pudieron seguir por el dolor. Porque la función es acompañar a las familias que estar transitando por momentos doloroso, no es fácil para ningún papá o mamá tener un hijo enfermo”.
“Hay mucha vocación de servicio, y ser humano. Los chicos no están al 100% hay días que van a estar con ganas de tener clases y otros días en las que vamos a tener que ingeniarnos para poder contener a ese alumno. En una semana pueden suceder muchas cosas y nos debemos amoldar a cada situación”, cerró la maestra.