La introducción de perros en hospitales infantiles en Argentina comenzó a implementarse como una terapia innovadora para mejorar la calidad de vida de los niños hospitalizados.
La medicina veterinaria avanzó significativamente, especialmente después de la pandemia, lo que permitió un mejor entendimiento del comportamiento animal y su interacción con los seres humanos. Estos conocimientos se están aplicando ahora en terapias con perros para niños que enfrentan graves problemas de salud, como el cáncer o trastornos emocionales, niños y niñas o que pasan largos periodos internados por diversas patologías.
Recientemente, el Hospital de Niños “Debilio Blanco Villegas”, de Tandil comenzó a probar este tipo de terapia a partir de un programa especialmente diseñado por profesionales. Este hospital es uno de los pocos centros de salud del país que implementa la terapia con perros para el bienestar de sus pacientes internados. La experiencia, que comenzó a concebirse en 2021, cuando se permitió por primera vez que un niño recibiera la visita de su mascota, es cuanto menos satisfactoria para quienes la llevan adelante, que están convencidos de sus efectos positivos.
El proyecto que se implementa en el Hospital de Tandil tiene dos ramas, una que tiene que ver con perros adiestrados y que está a cargo de “Inka Amigo que ayuda”, un equipo de profesionales especialistas en la temática; pero también está la posibilidad, porque así lo solicitan algunos pacientes, de que vengan sus propios perros, que deben reunir ciertos requisitos mínimos: que sean sociables, que estén acostumbrados a salir a la calle y a tratar con otras personas, que tengan las vacunas al día, que estén desparasitados y que nunca hayan manifestado agresividad ni patología asociada.
“Cada visita de los perros cambia la experiencia y la realidad de todos los días, por lo que paciente y la familia logra sublimar la experiencia de la internación”, dijo Nancy Guerrero, directora del Hospital de Niños DBV de Tandil, en diálogo con el medio Motivar.
La veterinaria Victoria Asís, MP 130, explicó en diálogo con La Red cómo esta terapia con animales está revolucionando la atención médica en el país. La especialista aclaró que se trata de una intervención terapéutica y no simplemente de juegos con mascotas. “Es una terapia en la que participa un equipo interdisciplinario, incluyendo médicos veterinarios. No en todos los casos se puede aplicar, pero cuando se hace, se basa en criterios específicos”, detalló Asís.
Los objetivos de esta terapia son tanto emocionales como fisiológicos. Se busca evaluar cómo la interacción con los perros puede afectar positivamente la frecuencia cardíaca, la respiración y los niveles de cortisol de los niños, reduciendo el dolor y el estrés. Esto es particularmente importante para los niños sometidos a procedimientos médicos dolorosos y frecuentes.
Las mascotas que participan en esta terapia deben cumplir con ciertos requisitos: ser sociables, estar clínicamente sanas y no tener antecedentes de comportamiento agresivo. Además, deben tener su plan sanitario al día, incluyendo vacunas y desparasitaciones. “Se hace hincapié en que los animales estén en condiciones óptimas para evitar cualquier riesgo de contagio de enfermedades”, afirmó Asís.
El tamaño y la raza de los perros son importantes dependiendo del tipo de terapia. “Para problemas traumatológicos, se utilizan razas grandes que pueden ayudar a los niños a caminar. Para terapias más emocionales, se prefieren razas pequeñas que puedan subirse a la cama y ser abrazadas por los niños”, explicó Asís.
La terapia puede involucrar tanto a las mascotas propias de los niños como a perros especialmente entrenados para estas actividades. “Los perros entrenados ya vienen con una capacitación previa y se seleccionan cuidadosamente para cada caso”, mencionó Asís.
Para más información sobre esta innovadora terapia, Asís recomendó visitar el sitio web Motivar, orientada principalmente a veterinarios pero accesible al público en general.
Esta terapia no es nueva en el mundo. Países como España y Estados Unidos han implementado programas similares con resultados positivos. “En otros países, esta interacción se utiliza también en asilos de ancianos y con personas que sufren de ansiedad y depresión, demostrando grandes beneficios”, concluyó Asís.