La visibilidad del caso Loan, en el que la trata de personas es una de las hipótesis para explicar su desaparición, revela una de las más oscuras manifestaciones del crimen organizado a nivel mundial. En este contexto, A21, una organización internacional sin fines de lucro, lucha contra la trata de personas. La Red dialogó con Nora Franchino, Teresa Cáceres y Leonardo Escobosa, representantes de A21 en La Rioja, quienes brindaron información sobre los desafíos de esta problemática que afecta a todos los sectores sociales.
“A21 es una organización internacional sin fines de lucro ni banderas políticas, significa abolicionistas del siglo 21 y nuestra misión y esperanza es abolir la esclavitud moderna en todo lugar y para siempre”, explicó Nora Franchino. A21 nació en 2007 en Grecia, cuando Nick y Cristina Kaine se alarmaron al ver numerosas fotografías de personas desaparecidas en el aeropuerto. Descubrieron que la mayoría eran víctimas de la trata de personas y, en 2008, abrieron el primer centro de rehabilitación en Grecia. Hoy, A21 opera en 19 países, incluyendo Argentina, donde tiene presencia en 14 provincias, incluida La Rioja desde hace un año.
“Actualmente, hay 50 millones de personas esclavizadas en el mundo, más de los habitantes de Argentina, y solo el 1% se rescata. La trata de personas es el tercer negocio más rentable del mundo, después de las drogas y las armas”, detalló Franchino.
Teresa Cáceres, formada como preventora de abuso sexual infantil y presidenta de la fundación Vida Plena en La Rioja, enfatizó la importancia de la cooperación. “Para hacer frente a esto, hay que hacer lazos. Solos es imposible”. Cáceres explicó que la trata incluye fines sexuales, laborales, servidumbre, matrimonios forzados, pornografía infantil, tráfico de órganos y mendicidad forzada.
“Si la persona está informada, puede actuar y dejar de lado el ‘no te metas'”, afirmó Cáceres. Existe una línea, la 145, donde se pueden hacer denuncias anónimas ante sospechas de posible trata.
Leonardo Escobosa subrayó la gravedad del problema: “Según UNICEF, hay una persona abusada cada 15 segundos, más de 1/3 de la población, más de 1000 millones de personas son abusadas”. Destacó la importancia de tener acceso a la información y recursos adecuados.
Cáceres brindó indicadores para identificar posibles víctimas: “La migración es una señal clave. Las personas trasladadas a otros países con promesas de mejora laboral a menudo son engañadas. Una vez allí, sus documentos son retenidos, dejándolos en una situación de vulnerabilidad extrema”. Explicó que las víctimas pasan por procesos de “ablande” que incluyen golpes y abusos psicológicos, dejándolas en un estado de shock y sin capacidad de pedir ayuda.
Otros indicadores incluyen el aislamiento social, la vigilancia constante, el control económico y las cicatrices o moretones visibles. “Todo el tiempo podemos estar viendo personas encadenadas psicológicamente a las cuales podemos ayudar. Debemos prestar más atención y saber dónde pedir ayuda”, concluyó Cáceres.