El Centro cultural Coreano estuvo presente en la Feria del Libro riojana por primera vez. De Argentina y Corea del Sur hay 18,957 km de distancia y un promedio de 36 hs de viaje en avión. Muy pocos son los afortunados que logran cruzar las fronteras de Occidente a Oriente para conocer las maravillas de un país lejano. No obstante, gracias a las misiones diplomáticas que se promueven en Argentina, con la presencia de distintas embajadas de países extranjeros en nuestras tierras, los centros culturales se promueven: tal es el caso de Corea del Sur.
La embajada de la República de Corea del Sur dio paso a lo que se conoce como el Centro Cultural Coreano (CCC) en Buenos Aires, lugar donde se promueve el conocimiento de la cultura coreana para acercar al público a diferentes cuestiones de la vida social, geográfica, histórica y cultural de este país de Oriente, el cual cada vez más y más rompe las fronteras y se une en sintonía con nuestra cultura Occidental.
La Rioja, en su edición número 22 de la Feria del Libro y bajo el lema de “Cultura presente”, tomó la iniciativa de sumar al Centro Cultural Coreano en su formato “Móvil”, el cual acercó de distintas formas la cultura coreana a cada lugar a donde va. Las propuestas fueron más que gratificantes y hubo asombro de lo diferente que es Corea.
Como primera propuesta, La Feria del Libro Riojana brindó un Stand exclusivo el CCC, en donde se planteaba como una pequeña Biblioteca en la cual el público no podía comprar los libros pero sí acercarse a leerlos. Paola, quien se encargó de gestionar el Stand en La Feria quedó maravillada con el interés de la gente que se acercaba a preguntar: “en nuestra biblioteca Móvil brindamos un catálogo de libros de cocina coreana, novelas, cuentos infantiles, libros a nivel cultural como de k-pop y k-dramas, libros de historia y folletería turística y también filósofos como Byung Chul Han” comentó para La Red.
La Feria también contó con tres selecciones de talleres para el público en general y los más chicos. Por un lado, el taller “DIY muñeco tal”, el cual ofreció una experiencia única para sumergirse en la rica cultura coreana a través de la creación artesanal del TAL: ofreció primero un recorrido por su historia y el significado cultural de esta máscara tradicional coreana utilizada en danzas y teatro . En segundo lugar, también se llevó a cabo un taller llamado “DIY Hanbok tradicional”, el cual se trató de una vestimenta tradicional coreana. Este taller de Papiroflexia Hanbok invitó a los participantes a explorar la elegancia y belleza de la vestimenta coreana a través del arte de la papiroflexia, en los cuales los asistentes aprendieron a crear detalladamente miniaturas de Hanbok utilizando papeles de colores . Y por último, se llevó a cabo el taller de Hangul en una hora, para aprender el alfabeto coreano. De forma didáctica y rápida los asistentes aprendieron una introducción del amplio alfabeto coreano para aprender a escribir su propio nombre en Hangul, llevando consigo una comprensión básica del alfabeto coreano y la capacidad de leer y escribir nombres sencillos.
El Centro Cultural Coreano también brindó charlas sobre la literatura coreana de parte de Nicolás Braessas, la cual ofreció una exploración profunda y perspicaz de la evolución y el futuro de la literatura coreana. La charla fue una oportunidad invaluable para los amantes de la literatura coreana y para comprender la riqueza y diversidad de esta, así como sus posibles direcciones futuras.
En otra instancia, hubo un espectáculo de música coreana de la mano de la talentosa Sumin Kim, una destacada artista del Haegeum, la cual ofreció una noche de fascinante fusión cultural y musical; el Haegeum, un instrumento tradicional coreano de dos cuerdas (conocido por su sonido distintivo y emotivo) producido mediante un arco que se desliza entre las cuerdas se unió en sintonía con las piezas del tango argentino.
Por último, en espacio 73 se llevó a cabo un ciclo de cine coreano llamado Han Cine, el cual ofreció una selección imperdible de películas que destacaron lo mejor del cine contemporáneo coreano. Little Forest, The Face Reader, Túnel, Secreatly Greatly y A Taxi Driver.
“No esperábamos que nuestra visita tuviera el impacto que tuvo. Muchos se acercaban interesados a preguntar las propuestas, a leer los libros de nuestra biblioteca. Para nosotros es un orgullo enorme trasladar la cultura coreana y romper de algún modo estás barreras geográficas. Es importante hacer este tipo de intercambio porque además Corea está interesado en captar capital extranjero, así que es importante conocer sobre las industrias de Corea a nivel cultural”, reflexionó Paola a La Red.