La industria olivícola de La Rioja enfrenta un año crítico con una merma en la producción que oscila entre el 60% y 65% debido a una combinación de factores climáticos y fitosanitarios, según informó José Hilal, presidente de la Cámara de Industriales Olivícolas de La Rioja (CIOLAR).
Hilal señaló, en dialogo con La Red, que la baja en la producción se debe, en parte, a fenómenos climáticos adversos, como la falta de horas de frío necesarias para el desarrollo de las plantas, así como vientos fuertes durante la floración, que provocaron la caída y el quemado de frutos. Además, algunas zonas de la Provincia también sufrieron la caída de granizo, afectando la calidad del fruto.
La situación se agrava aún más con la presencia de enfermedades que están afectando gravemente a las plantaciones, especialmente la Xylella fastidiosa, una bacteria que ha causado estragos en Italia y España, y que en La Rioja está afectando principalmente a la variedad insignia de la región, el olivo Arauco. Hilal explicó que, a diferencia de otras enfermedades como el Verticillium, que es un hongo, la Xylella no tiene un tratamiento efectivo y se compara con el COVID-19 por su rápida propagación y devastadores efectos en las plantaciones.
A pesar de los precios favorables en el mercado, la baja producción causó un desequilibrio económico en el sector, que se encuentra en una situación de alta expectativa y preocupación por la disponibilidad de energía eléctrica necesaria para el riego, sin el cual no es posible mantener la producción. Por la suba de tarifas presentaron un amparo ante la Justicia.
La crisis olivícola en La Rioja implica un golpe para la economía local y plantea un desafío urgente para los productores, quienes deben considerar opciones difíciles como cambiar de variedad o replantar olivo, una decisión que, según Hilal, dependerá de cada productor.