Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, los casos de sífilis en Argentina registraron un preocupante incremento en los últimos años. En 2021, se reportaron 12.131 contagios, cifra que para 2023 alcanzó los 32.293, el número más alto de las últimas tres décadas. Este incremento no es exclusivo del país, ya que a nivel internacional se observó una tendencia similar. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) resaltó en su informe de mayo que “el aumento de las infecciones por sífilis puede atribuirse a la insuficiente concienciación sobre la enfermedad, las disparidades en el acceso a los servicios de salud y el estigma persistente que puede disuadir a las personas de buscar asistencia médica”.
Adrián Ríos, director del Centro de Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades de Transmisión Sexual (CEDITET), advirtió que “estamos en una epidemia de sífilis”. En La Rioja, los registros de salud muestran un incremento notable de los casos. “Nosotros registramos en los centros de salud y laboratorios que los casos aumentaron mucho. El año pasado tuvimos entre 120 y 130 casos en la provincia, y esto es un reflejo de lo que está pasando en todo el país y en América Latina”.
El especialista destaca que la sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) que puede diagnosticarse con un test rápido, pero muchas veces el diagnóstico llega tarde. “Cuando tenemos casos de sífilis tratados, es difícil determinar si la persona sigue con la enfermedad. Todo paciente con diagnóstico debe recibir un tratamiento en adecuado según la etapa en la que se encuentre la infección”, explica. La sífilis se manifiesta inicialmente con una úlcera indolora que desaparece en siete días, lo que lleva a muchos pacientes a creer erróneamente que están curados y a interrumpir el tratamiento, cuando en realidad la enfermedad sigue activa.
Además, el especialista señala que la mayoría de los casos que tratan son de sífilis tardía, es decir, aquellos que no fueron diagnosticados en la fase inicial. “Los pacientes se vuelven asintomáticos y solo reciben el diagnóstico cuando se hacen una prueba general”, añade. Esto es particularmente peligroso en las mujeres embarazadas, quienes deben hacerse un diagnóstico serológico de todas las ETS al principio del embarazo para evitar que la infección afecte al bebé. “Las mujeres embarazadas deben hacerse una serología de enfermedades de transmisión sexual en el primer periodo para no afectar al niño”, insiste el Dr. Ríos.
El aumento de los casos de sífilis también plantea un reto adicional en términos de género. Mientras que en los hombres la úlcera característica de la enfermedad suele ser visible, en las mujeres puede pasar desapercibida si se localiza dentro de la vagina, lo que dificulta el diagnóstico temprano. “Es una enfermedad que pasa desapercibida y hay que realizar estudios para detectarla”, advirtió.
Entre las principales medidas de prevención, el uso del preservativo y la realización de estudios serológicos anuales son claves para combatir la propagación de la sífilis. Sin embargo, Ríos subraya que “claramente no se está usando el preservativo” y añadió que también existe una “falta de distribución” de estos por parte del Gobierno nacional.