Al menos 46 de 114 jueces y juezas federales de 14 provincias argentinas tienen familiares designados en el Poder Judicial. Esta cifra, obtenida a partir de la planilla de personal de julio de 2024, ha permitido crear por primera vez un mapa detallado de las relaciones familiares dentro de la Justicia federal en la Argentina.
Así lo revela una investigación periodística de Connectas y Chequeado, en función de una base de datos elaborada por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), que revisó la lista de 3.601 cargos de la Justicia federal en 14 provincias que integran 7 circunscripciones judiciales. En todas se encontraron casos de jueces federales con familiares empleados.
Aunque no todos los casos evidencian nepotismo directo -algunos familiares pudieron haber sido designados por méritos profesionales o antes del vínculo-, el elevado número de casos registrados sugiere patrones que fomentan el debate público sobre los procedimientos de selección de funcionarios y la necesidad de mayor transparencia y objetividad en las designaciones. El hecho de que no se hayan celebrado concursos para hacer los nombramientos, como dispone la Ley de Ingreso Democrático vigente desde 2013, impide saber a ciencia cierta cuáles fueron las razones que los motivaron.
El número de jueces con familiares en la Justicia federal podría ser mayor, en la medida en que el parentesco pudo pasar desapercibido o no ser comprobado en este relevamiento (ver metodología). Del universo examinado, surge que un número relevante de familiares nombrados está relacionado con jueces con más de 10 años de antigüedad en cuerpos colegiados (camaristas, es decir la segunda instancia de un proceso judicial). Los jueces de tribunales orales en lo criminal federal conforman el 48% de los 46 casos hallados.
El análisis revela la presencia de vínculos familiares entre jueces y otros funcionarios del sistema judicial en estas provincias:
- Santa Fe: 12 de los 21 jueces federales registran vínculos familiares en los tribunales.
- Córdoba y La Rioja: se identificaron parientes de 12 de los 20 magistrados.
- Jujuy y Salta: 7 jueces de 17 tienen familiares dentro del sistema de justicia.
- Mendoza, San Juan y San Luis: al menos 5 de los 22 titulares de juzgados y vocalías cuentan con parientes empleados en la Justicia.
- Misiones: 4 de los 9 jueces y juezas cuentan con parientes trabajando en la Justicia federal.
- Chaco y Formosa: 3 de los 10 magistrados presentan vínculos familiares en la Justicia.
- Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego: se encontraron designaciones de familiares para 3 de los 15 miembros de la magistratura.
Córdoba y La Rioja
En la Justicia federal de Córdoba (que incluye en su jurisdicción a la provincia de La Rioja) se encontraron vínculos familiares de 12 de los 20 integrantes de la magistratura.
Graciela Montesi es madre de Josefina Bobone, jefa de despacho del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº3, y de Tomás Bobone, escribiente del Juzgado Federal Nº3, además de tía de Alejo Montesi, oficial del Juzgado Federal N° 1, y de Gerónimo Bobone, auxiliar de la Secretaría Electoral de Córdoba. Pero no eran los únicos integrantes de la familia que trabajan en la Justicia. Pablo Montesi, hermano de la camarista y padre de Alejo Montesi, fue juez federal de la ciudad cordobesa de San Francisco hasta su fallecimiento en agosto de 2024. Graciela Montesi no respondió la consulta relativa a la designación de estos parientes y, en el caso de su hermano, el Juzgado Federal de San Francisco solicitó que se informara quién era la persona responsable de la consulta sobre los parentescos. Pese a que se le brindaron más detalles, Pablo Montesi no envió comentario alguno (aunque seguía en funciones en julio de 2024, tras la noticia de su defunción se resolvió sacar a este juez de la base de datos).
De la Justicia federal de Córdoba y de La Rioja sólo respondieron los camaristas Eduardo Daniel Ávalos y Abel Guillermo Sánchez Torres. Ávalos, magistrado de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, refirió que efectivamente Sofía Elena Sylvester, secretaria de aquel estrado, era “su mujer”, pero negó haber influido en su nombramiento porque en ese momento era “un pinche” en el Juzgado Federal Nº 1. “Con el tiempo, contrajimos matrimonio y continuamos casados a la fecha, por lo que el destino ha obrado al respecto. Tampoco tengo hijos en el Poder Judicial: ellos desarrollan profesiones ajenas a la abogacía”, agregó el magistrado.
Para explicar su caso, Sánchez Torres, vocal de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, primero ofreció la posibilidad de dialogar en su despacho o virtualmente. Si bien se le propuso una reunión por Zoom, luego el juez luego envió un correo electrónico en el que negó ser actualmente familiar de su ex esposa, la jefa de despacho Alejandra Cecilia Cabido: “Encuentro oportuna la ocasión para aclarar una inconsistencia en su investigación, ya que la citada Cecilia Cabido no es familiar mío”, refirió. Sánchez Torres descartó haber tenido injerencia en la designación de sus 3 hijos, María Agustina, Joaquín y Lucía, en la Justicia federal cordobesa. No obstante, destacó los antecedentes académicos de sus descendientes.
En La Rioja, al menos una cuñada, un concuñado, yernos y un primo trabajan con el juez federal Daniel Herrera Piedrabuena en la única dependencia federal de primera instancia existente en esa provincia. El caso de Herrera Piedrabuena (quien no respondió la consulta periodística para esta nota) se destaca porque, hasta hace un tiempo, regía una especie de regla tácita que disimulaba los nombramientos de parientes mediante la práctica de destinarlos a otras oficinas o unidades de la propia Justicia federal. Pero con este juez esa regla no se aplica: todos sus parientes se desempeñan en su juzgado.
Nepotismo
Uno de los ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, alertó sobre el fenómeno nepotista. Lo hizo en la Acordada 18/2024 del 17 de mayo de 2024 sobre la creación de una nueva secretaría en el máximo tribunal, al afirmar que “se designa personal con cargos de funcionarios, sin concurso, con base en la amistad o el parentesco, y contrariando las expectativas de austeridad que la sociedad argentina exige”.
En su voto minoritario y opuesto al de sus pares Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz, Lorenzetti insistió en que en la Justicia argentina “deben ser austeros, concursar los cargos, respetar el mérito y evitar el nepotismo”.
La Corte nunca reglamentó la Ley de Ingreso Democrático, que cumplió ya 11 años en vigor en la Argentina. Este vacío permitió que continuara la designación de parientes de la magistratura sin evaluaciones objetivas de sus capacidades, a diferencia de lo que ocurrió en los ministerios públicos de la Nación, donde los empleos están sometidos al régimen legal de los concursos.
Dos familiares de Lorenzetti se desempeñan en la Justicia federal. Su esposa, Mara Beatriz Perren, es prosecretaria administrativa del Juzgado Federal de Rafaela (ciudad santafesina de origen del juez de la Corte). Y su cuñada, Ana Marcela Perren, es escribiente de la Cámara Federal de Rosario. Consultada al respecto, la oficina de Lorenzetti respondió que, como su esposa ingresó al Poder Judicial 2 años antes del matrimonio, “no se configura en el caso un supuesto de nepotismo”. Y, “en cuanto a Ana Marcela Perren, esta fue designada en Rosario, siendo una jurisdicción totalmente ajena a la que ejerce el ministro”.
Otros 2 magistrados de la Corte Suprema, Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda, también registran familiares nombrados en la Justicia federal. El primero es padre de Emilio Rosatti, secretario del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe. Y Maqueda es padrastro de Verónica Ferrer Deheza, secretaria de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba.
Ambos jueces negaron vinculación con estos nombramientos en las consultas para esta nota. Rosatti, que preside el máximo tribunal y el Consejo de la Magistratura, dijo que su hijo ingresó a la Justicia federal en el tramo inicial del escalafón (escribiente auxiliar interino) el 28 de diciembre de 2007, y que él asumió en la Corte el 29 de junio del 2016, “es decir 8 años, 9 meses y 1 día después” que su hijo.
Maqueda, por su parte, expresó que su hijastra ingresó a la Justicia en 1998, 4 años antes de que él asumiera en la Corte Suprema. A continuación, precisó los 6 ascensos que recibió Ferrer Deheza en 26 años de carrera judicial, y destacó los títulos y diplomas que adquirió. También enumeró los antecedentes de la funcionaria para probar que es “absolutamente ajeno” a su nombramiento y a sus ascensos.
Fuente: Chequeado