El Young Boys confirmó la trágica noticia a través de un comunicado y Meschack Elias se ausentó del partido para reencontrarse con su familia.
El fútbol se tiñó de luto una vez más. En esta ocasión, el drama tocó las puertas del club suizo Young Boys, donde el delantero congoleño, Meschack Elia, recibió la noticia más desgarradora de su vida apenas horas antes de enfrentarse al VfB Stuttgart en la Champions League. El futbolista, de 27 años, fue informado del fallecimiento inesperado de uno de sus hijos, hecho que lo llevó a abandonar inmediatamente el equipo para volar de regreso a la República Democrática del Congo.
“El hijo del delantero bernés Meschack Elia, de 27 años, murió inesperadamente tras una breve enfermedad”, indicó el comunicado del club emitido seis horas y quince minutos antes del encuentro. La noticia cayó como un balde de agua fría no solo para Elia, sino también para sus compañeros y toda la comunidad futbolística que se encontraba en el estadio MHP Arena, donde 60.000 personas participaron en un emotivo minuto de silencio.
Albert Staudenmann, director de comunicación del Young Boys, describió lo ocurrido como “momentos conmovedores”. Según Staudenmann, “Meschack estaba devastado. Estaba en su habitación con su compañero Ali Camara cuando se enteró”, relató. La noticia transformó la atmósfera del equipo, que se volcó a mostrar su apoyo a Elia a través de gestos y abrazos, conscientes de que las palabras poco podían consolar en estos momentos.
El impacto de la pérdida, de acuerdo con algunos medios, es aún mayor dada la repentina enfermedad que afectó al niño, de tan solo cuatro años. “El Young Boys está conmocionado y expresa aquí nuevamente su más sentido pésame a Meschack Elia y le desean a él y a su familia mucha fuerza y confianza”, señaló el club en su página web, asegurando que le brindarán todo su apoyo y orientación durante este difícil momento.
Durante el partido, los jugadores del Young Boys llevaron brazaletes negros en señal de luto. Apenas transcurridos seis minutos del encuentro, Lukasz Lakomy abrió el marcador para el equipo suizo. En la celebración, todo el equipo se reunió frente a una cámara de televisión sosteniendo una camiseta con el nombre de Elia, un gesto simbólico en honor a su compañero ausente.