La Navidad y el cierre del año suelen ser momentos de celebración, pero también un periodo de gran estrés. Expertos explican cómo manejar la presión por “cerrar el año con éxito” y proteger la salud mental.
A medida que se acercan las fiestas, muchas personas sienten que llegan al fin del año “quemadas”. Esa sensación de agotamiento extremo, irritabilidad y falta de motivación es un fenómeno ampliamente reconocido como el “síndrome de fin de año”, a menudo relacionado con el estrés acumulado a lo largo de los meses. Matías Brígido Psicólogo Mat. 317 y Laura Heinrich trabajo Social especializada en Salud Mental Mat. 604 brindaron recomendaciones sobre el autocuidado.
En este sentido, Matías Brígido especialista en Psicología expresó que “en esta época se empieza a notar el cansancio, fatiga y estrés lo cual va generando un combo, hay cierres de actividades sumado a eso las fiestas de fin de año que pueden conectarnos con pérdidas con recuerdos que no son tan buenos y felices”.
Por su parte, Laura Heinrich Trabajadora Social especializada en salud mental indicó que “en esta época en donde hay mucho consumo y relación con las redes y la transmisión de la información está el estereotipo de que la felicidad el cumplir objetivo gratamente, alcanzar ciertos ideales que están impuestos por los medios de comunicación y redes sociales y eso influye en nuestro estado de ánimo, en nuestras relaciones de cómo me percibo a mí mismo y a mis logros lo cual puede generar sentimientos de frustraciones y afectar nuestro estado de ánimo”.
En tanto subrayó que “es importante rodearse de un entorno que nos cuide, que podamos reflexionar de los aspectos positivos y el autocuidado como una herramienta fundamental para hacer un balance sobre mi evolución como sujeto, qué aprendimos para poder seguir avanzando”.
“Hay personas que consideran importante hacer evaluaciones para poder identificar sus avances o sus retrocesos en algunos aspectos y es importante poder observarse y hay otras personas que no lo consideran relevante, es una decisión muy subjetiva. Es válido que una persona pueda evaluar qué logró que consiguió, y reflexionar sobre su aprendizaje durante el año”, agregó.
Matías Brígido y Laura Heinrich
Estrés de fin de año
Al respecto, Brígido sostuvo que “el estrés no es algo malo o negativo es esa tensión que sentimos cuando afrontamos desafíos y es necesaria. Cuando las situaciones superan a nosotros y se presentan demasiadas situaciones nos encontramos transitando un estrés que nos empieza a generar complicaciones en nuestra salud mental”.
“Este estrés negativo puede representar un problema para nuestra salud, es importante que lo observemos y lo notamos”, agregó el especialista.
Además, Heinrich dijo que “toda situación contextual va a representar algo para nuestras emociones. Llegamos a fin de año con una carga social de alcanzar la felicidad, de cumplir, de llegar de culminar metas lo cual genera repercusiones en nuestras emociones”.
“Es probable que percibamos a fin de año mayor intensidad en nuestras emociones como por ejemplo la angustia que nos conecta con las ausencias, hay propagandas o la sociedad que te dice que hay que estar en familia, unidos y felices y muchas veces hay personas que no se encuentren en esa situación por lo que hace que aumente esa angustia y tristeza”, sumó.
Al finalizar Brígido brindó algunas recomendaciones para sobrellevar estas situaciones. “Hay que tener en cuenta las situaciones o las variables. Hay variables que están bajo nuestro control algunas situaciones que dependen de nosotros y otras que nos exceden, que nos superan, que no dependen de nuestro control. Hay que diferenciar, qué está bajo nuestro control, que puedo hacer para cambiar y cuáles son las cosas que me exceden y me superen”.
“Esto va a permitir que nos organicemos, hay muchas cosas para resolver y queremos cumplir con todo. Hay que empezar a organizar y priorizar. El querer resolver todo junto puede generar mayor ansiedad y estrés”, destacó.
Además, subrayó que “hay que ver qué cosas se pueden solucionar primero y otras después. Hay que trabajar en el autocuidado, en lo que nos hace bien y los límites, en decir que no. Y a futuro ver qué cambios se pueden lograr en el estilo de vida que se puede modificar para no llegar con altos niveles altos de ansiedad y estrés”.