
En un contexto económico cada vez más desafiante, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) ha dado a conocer los datos más recientes sobre la Canasta Básica Total (CBT) en Argentina, revelando que una familia tipo necesitó $1.057.923 en febrero de 2025 para no caer en la pobreza. Este monto representa un aumento del 2,3% respecto al mes anterior, lo que refleja una aceleración significativa en comparación con enero, cuando la canasta había subido solo un 0,9%.
La Canasta Básica Total no solo abarca los alimentos necesarios para la subsistencia, sino que también incluye otros gastos esenciales como indumentaria, salud, transporte y educación. Esta amplia perspectiva es lo que define la línea de pobreza en el país. En contraste, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) se centra exclusivamente en los alimentos requeridos para evitar la indigencia.
Según los datos proporcionados por el INDEC, para evitar la indigencia, cada persona necesita alrededor de $151.491. Esto indica que una familia tipo compuesta por cuatro miembros debe reunir un mínimo de $605.964 mensuales solo para cubrir esta línea crítica.
Las cifras son alarmantes: las variaciones interanuales de la CBA y la CBT fueron del 45% y 53,1%, respectivamente. En lo que va del año, estos indicadores han acumulado incrementos del 4,2% y 3,3%. Este aumento constante plantea interrogantes sobre el poder adquisitivo de los argentinos y las medidas necesarias para mitigar el impacto de la inflación.
Para un adulto, la línea de pobreza se establece en $342.370, con un incremento marginal de veinte pesos respecto al mes anterior. Esto sugiere que aunque las cifras son escalofriantes, el ritmo del aumento podría estar comenzando a estabilizarse a corto plazo.
La situación es crítica y refleja no solo un problema económico sino también social. A medida que más familias luchan por llegar a fin de mes, se hace evidente la necesidad urgente de políticas públicas efectivas que aborden las causas subyacentes de la pobreza y promuevan un crecimiento sostenible.
La pobreza y la indigencia son temas recurrentes en el debate público argentino. La historia económica del país ha estado marcada por ciclos de crecimiento y crisis que han impactado directamente en las condiciones de vida de su población. Según datos del Banco Mundial, Argentina ha experimentado una alta tasa de fluctuación en su economía desde principios del siglo XXI, lo cual ha contribuido a incrementar las tasas de pobreza.
Este escenario no solo afecta a quienes viven por debajo del umbral establecido; también repercute en el tejido social del país y plantea desafíos significativos para el futuro económico y político de Argentina.
Fuente: NA