
En términos religiosos, ¿rezamos seguido o casi nunca? ¿Hay vida después de la muerte? ¿Creemos o no creemos en los milagros? ¿Pensamos que existe vida en otros planetas? Los fantasmas, ¿existen? ¿Cuántas personas le prestan atención al horóscopo? Todas las respuestas a estos interrogantes apuntan en una dirección: «hay, con marcada claridad, una pluralización de las creencias. No hay una hegemonía ideológica marcada en materia espiritual. Sí, en cambio, hay ciertos patrones emergentes y novedosos». Son las conclusiones del estudio elaborado por el Observatorio de la Universidad de Buenos Aires Pulsar, que se realizó entre mayo y junio de 2024, a partir de estos interrogantes.
Respecto a la práctica religiosa, una mitad reza muy habitualmente y otra mitad no lo hace nunca o lo hace muy poco. “El 48% indicó que lo practica todos los días o alguna vez a la semana. En cambio, el 46% indicó que lo hace alguna vez en el año o nunca”, expresa el informe.
Los adultos mayores son los más practicantes y llegan al 56%. Entre los más jóvenes, solo 1 de cada 4 reza asiduamente (23% “todos los días”). Es una brecha de casi 20 puntos entre ambas generaciones si se en cuenta quienes rezan frecuentemente.
En sus conclusiones, el informe afirma que “la Argentina parece combinar hoy un proceso de secularización institucional con persistencia cultural de la religiosidad y apertura a formas de trascendencia alternativas”.
La práctica religiosa tiene, además, una segunda relación muy clara con la creencia sobre la vida después de la muerte, analizan en el informe. En primer lugar, cabe destacar que hay una nueva división sobre este último punto entre argentinos y argentinas: un 47% está de acuerdo, mientras que un 45% no está del todo convencido. Aunque las formas tradicionales de religiosidad declinan, el deseo de continuidad o trascendencia después de la muerte persiste, especialmente entre quienes sostienen prácticas de fe. La práctica refuerza la creencia.
Estos valores cambian parcialmente de acuerdo con la zona de residencia. Parece ser una creencia metropolitana. La población argentina más urbana cree más en la existencia de algún tipo de status luego de fallecer (51% de acuerdo vs. 37% de desacuerdo en la región del AMBA). En cambio, en el resto del país la distribución de las parcialidades creyentes se ajusta más a la respuesta general (44% de acuerdo vs. 47% en desacuerdo).
«En este crisol de creencias, detectamos algunos patrones interesantes. La religión tradicional aparece en retroceso entre jóvenes y sectores educados. Surgen en su reemplazo formas nuevas y laicas de fe (la vida extraterrestre, las energías y los milagros). En este sentido, las prácticas son más eclécticas, más personalizadas y menos institucionales», afirman.
Resumen ejecutivo
- Muchos creen, pocos practican: tres de cada cuatro argentinos creen en Dios, pero solo la mitad reza con frecuencia.
- La invocación a las deidades está en baja, especialmente entre los más jóvenes. Creemos… pero sin ritual.
- La espiritualidad no necesariamente necesita iglesias: es emocional, transversal y cultural. El 68% de los encuestados cree en los milagros, mientras que el 39% cree en fantasmas o espíritus.
- ¿La nueva trascendencia? Está en el espacio. El 51% cree que hay vida en otros planetas. La fe se proyecta hacia afuera, hacia otras galaxias, otros mundos y otros relatos.
- Una astrología más cultural: solo el 12% consulta el horóscopo, pero el 95% sabe de qué signo es. Por otra parte, más personas conocen cuál es el suyo antes que su grupo sanguíneo. Más que un credo, los astros son identidad.
- La Argentina postsecular: no es el fin de la fe, sino que es otra etapa. Religión, cultura pop, intuiciones y ciencia conviven en un nuevo mapa espiritual. El dogma pierde, pero la necesidad de creer se reinventa.