
La crisis en Sana, la única empresa de la Capital dedicada a la recolección y tratamiento de residuos patológicos, escala tras el despido de cinco trabajadores. El conflicto, que involucra a la firma del empresario Sebastián Benítez, pone en jaque un servicio esencial y desata la alerta sanitaria en hospitales y clínicas de La Rioja.
«Si la empresa no cumple con su tarea, esto generará un problema sanitario que deberá atender el Gobierno y Salud Pública», advirtió Jorge Reynoso, secretario general del Sindicato de Choferes de Camiones, Obreros y Empleados. Sana es crucial, ya que posee los únicos hornos especiales para procesar los desechos médicos de centros de salud estatales y privados de toda la provincia.
La compañía argumenta enfrentar dificultades económicas debido a una supuesta deuda del Gobierno provincial que supera los tres meses. Sin embargo, el gremio refuta esta versión, sosteniendo que «no hay pruebas que avalen esta afirmación».
El sindicato exige la reincorporación de los trabajadores o el pago total de la indemnización, conforme a la Ley de Contrato de Trabajo. «No aceptamos el pago del 50% que propone la empresa, porque no corresponde», sentenció Reynoso. Los despidos, además, fueron ejecutados mediante un acta notarial «sin validez», lo que, según el gremio, genera aún más incertidumbre y un «procedimiento totalmente irregular».
Ante la falta de soluciones, el sindicato ha convocado a una asamblea para el próximo lunes con el fin de definir acciones de protesta, que podrían incluir paros, movilizaciones y bloqueos. «Si la empresa no reconsidera su decisión, nos veremos obligados a tomar medidas de acción directa», confirmó Reynoso, elevando el riesgo de una paralización del servicio crítico.
La interrupción de la recolección de residuos patológicos, una tarea que exige estrictos protocolos, obligaría a hospitales y clínicas a buscar soluciones urgentes para evitar una crisis sanitaria mayor. La expectación recae ahora en que Sana y el Gobierno provincial logren un acuerdo que garantice la continuidad de este servicio fundamental. Mientras la incertidumbre laboral persiste, las consecuencias de un paro podrían agravar la situación sanitaria de La Rioja.