
Con la llegada del invierno y el incremento de enfermedades respiratorias, desde el Ministerio de Salud de la provincia advierten un aumento en la ocupación de camas y una baja cobertura de vacunación tanto contra el COVID-19 como contra la gripe. Así lo informó Salomé Rannalli, directora de Epidemiología de la provincia, en diálogo con Radio La Red.
La funcionaria explicó que, si bien en las últimas semanas no se han detectado casos activos de COVID-19, sí hubo algunos al inicio del año, sobre todo en pacientes internados por cuadros de neumonía. “Desde marzo no se reportan nuevos casos, pero sí un incremento de consultas respiratorias en general”, detalló.
Según Rannalli, el virus que predomina actualmente en la provincia —y también a nivel nacional— es el de influenza A. “Es un virus que circula todos los años. No hay que alarmarse, pero sí ocuparse. Es fundamental aplicar medidas de prevención, especialmente la vacunación, para evitar cuadros graves”, remarcó.
La vacuna antigripal está disponible de manera gratuita en todos los centros de salud y en espacios habilitados en la capital provincial. Está destinada especialmente a grupos de riesgo como niños pequeños, embarazadas, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. “Son los que más probabilidades tienen de desarrollar complicaciones e incluso fallecer por infecciones respiratorias graves”, advirtió.
Además de la vacunación, Rannalli enfatizó la importancia del aislamiento ante síntomas, evitando asistir a lugares de trabajo o estudio. También recordó otras medidas preventivas como el lavado frecuente de manos, el uso de alcohol en gel, la ventilación de ambientes cerrados, y el uso del barbijo si no es posible aislarse.
En relación al nivel de vacunación en la población, la epidemióloga reconoció que están enfrentando dificultades. “Nos cuesta que la gente acceda a la vacuna contra el COVID. Con la antigripal hay una respuesta algo mejor, pero las coberturas siguen siendo bajas”, señaló. Por ello, insistió en la necesidad de colocarse ambas vacunas, que se administran una vez al año.
Consultada sobre las diferencias entre los síntomas del COVID-19 y la influenza, explicó que son muy similares: fiebre, tos seca, dolor de garganta, dolor muscular y decaimiento general. “La vacuna no siempre evita el contagio, pero sí previene que se convierta en un cuadro grave o que requiera internación”, aseguró.
Finalmente, Rannalli se refirió a la nueva subvariante de Ómicron, detectada en países como China, Estados Unidos y algunas naciones europeas, que se caracteriza por un fuerte dolor de garganta. Aclaró que aún no hay registros de su circulación en Argentina, pero que se monitorea a través de la vigilancia genómica y el envío de muestras al Instituto Malbrán. “Por el momento no hay evidencia de que esta variante cause cuadros más graves, pero tiene alta transmisibilidad”, explicó.
“Insistimos en que la herramienta más importante para prevenir enfermedades respiratorias graves es la vacunación. Esto vale tanto para el COVID como para la gripe y otros virus respiratorios que seguimos vigilando”, concluyó.