
La industria textil de La Rioja atraviesa uno de sus momentos más complejos . Gustavo Castro, secretario General de Foniva detalló la crítica situación que enfrentan actualmente las fábricas del sector, particularmente en lo que respecta al cumplimiento del pago del medio aguinaldo y la pérdida de fuentes laborales.
“El panorama es bastante complicado. En este periodo, el pago del medio aguinaldo ha sido difícil para la gran mayoría de las fábricas, incluidas las más grandes, que históricamente no presentaban inconvenientes para cumplir con esta obligación”, afirmó Castro.
De las 19 fábricas activas que aún operan en el parque industrial de la capital y en el interior de la provincia, solo cinco lograron abonar el medio aguinaldo dentro del plazo legal, es decir, hasta el 30 de junio. En el resto, se debieron alcanzar acuerdos especiales para evitar un mayor conflicto. Algunas fábricas se comprometieron a realizar el pago completo a comienzos de agosto, mientras que otras acordaron abonar el 50% el 15 de julio y cancelar el resto el 30 de este mismo mes.
Castro remarcó que esta situación es un reflejo del deterioro económico que sufre el sector. “Muchas de estas fábricas antes no tenían problema para abonar estos ítems. Ahora, debido al contexto general, toda la industria se ve afectada. Por eso apelamos a la responsabilidad de cada empresario para cumplir tanto con los salarios como con los pagos adicionales, como el aguinaldo”, señaló.
Además de las dificultades económicas, el sector también sufre las consecuencias de la apertura indiscriminada de las importaciones. “Muchas fábricas que hacen moda llevan ya dos o tres temporadas perdiendo. Y aquellas que históricamente se dedicaban a la ropa de trabajo están en crisis por la paralización de la obra pública y el cierre de organismos como Vialidad Nacional, que eran grandes compradores”, explicó.
En cuanto al empleo, los números también son preocupantes. “Desde que comenzó este gobierno, estimamos que hemos perdido entre 350 y 400 puestos de trabajo en el sector”, alertó el secretario de Foniva.
Con una industria golpeada por la falta de demanda, la competencia externa y un contexto macroeconómico desfavorable, el futuro para los trabajadores textiles se presenta incierto. Mientras tanto, las fábricas buscan reinventarse, cambiar su producción y encontrar nuevos nichos para subsistir, aunque las perspectivas no son alentadoras.