El obispo de La Rioja, Monseñor Marcelo Colombo, presente en la jornada solidaria de Radio La Red, habló del Tinkunaco y su significado para la comunidad riojana: “Cada año se revela como la fiesta primordial de los riojanos, como el retorno a los orígenes. Volver a aquel origen que fue el encuentro fundacional de La Rioja”.
En cuanto a su labor pastoral en la provincia como máxima autoridad eclesiástica, Colombo recordó: “Este año recorrí los llanos. Los dos objetivos, que son llevar a San Nicolás y conocer a la gente se están cumpliendo”, y señaló: “La experiencia es siempre la misma. Tenemos un pueblo maravilloso con unos recursos humanos únicos y creo que sobre eso se puede construir. trabajando también nuestras sombras para poder dar más luz con nuestra vida. pienso que la cultura del trabajo y de la solidaridad que aflora pueden ser energías nuevas”.
Asimismo, el padre Obispo analizó: “Ha sido un año duro a nivel nacional. Las nuevas pautas, los criterios económicos. Todo esto ha repercutido no solo en La Rioja, pero nosotros lo hemos sentido. Las autoridades han trajinado los despachos oficiales buscando soluciones y ser escuchados en una provincia que tiene debilidades estructurales que le vienen de el mismo lugar, la posición, la lejanía, los costos de traslado de la mercancía. Todo eso hace que la provincia necesite una y otra vez luchar por sus derechos”.
De la misma manera, Monseñor Colombo habló de la situación económica, política y estructural de La Rioja: “En el caso nuestro sabemos que hay una postergación crónica, que de alguna manera habíamos esperado que se retomara con el anuncio del plan Belgrano. Todavía esperamos ver cómo se implementa”, y agregó: “En la práctica sabemos que estamos lidiando con necesidades permanentes. En eso creo que también las familias y las personas tienen mucho para hacer para paliar lo inmediato, lo que es estable y definitivo corresponde a las autoridades”.
Por otra parte, el Obispo diocesano de la provincia reflexionó sobre la corrupción en el país y sus efectos en la comunidad: “Eso nos lleva a preguntarnos por nosotros mismos, como respondemos en el día a día en nuestra vida cotidiana. Además de lo que es lo público, lo oficial, los juicios, las llamadas a juicio, los procesos iniciados, también tendríamos que hacernos nuestra propia pregunta y a veces nos encontramos con que hay fragilidad en nuestro modo de obrar, que tenemos que superarnos. Respetar las normas, buscar la forma de cumplir acabadamente nuestro deber de ciudadanos y los valores que pongan de manifiesto lo que somos de verdad”.
"Además de lo que es lo público también tendríamos que hacernos nuestra propia pregunta y a veces nos encontramos con que hay fragilidad en nuestro modo de obrar"
Respecto de los deseos para colgar en el árbol de Navidad, Colombo indicó: “Yo colgaría una foto de alguna de las visitas. Pienso en los pequeños parajes de los llanos riojanos donde estuve este año. También en las pequeñas ciudades y pueblos. Pero también de algunas comunidades hermosas que visité”, y añadió: “Me quedaría con la foto de los maestros y los alumnos de balde de la viuda, con la hermosa comunidad de Chelcos, con algún recuerdo de Tello o de Corral de Isaac, esa maestra que visite y nos contaba las limitaciones que tienen y la necesidad de algunas instalaciones y la asamblea de productores pidiendo no desaparecer. Colgaría una foto de ellos, que son los protagonistas de nuestra Rioja más profunda”.
Para finalizar, Monseñor Marcelo Colombo expresó sus deseos para la comunidad de la Rioja ante la proximidad de las fiestas de fin de año: “La Navidad es una hermosa expresión de la solidaridad riojana y de la fraternidad que nos hermana, más allá de las naturales diferencias.
Es una gran invitación a la fraternidad y al encuentro de los hombres”.
“Como Obispo, como pastor les desearía que vivan la Navidad, dejarnos habitar por la Navidad. No tanto por el folclore, por la cáscara, sino por la venida de este niño que nos hace hermanos”, finalizó el padre Obispo Marcelo Colombo.