<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b>Enrique Ángel Angelelli </b> nació
en 1.923 en Córdoba, fue el primero de tres hijos de un matrimonio de
inmigrantes italianos agricultores llamados Juan Angelelli y Celina Carletti. A
los 15 años entró al Seminario Metropolitano Nuestra Señora de Loreto. Al
iniciar el segundo año de teología fue enviado a Roma para completar sus
estudios. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Fue licenciado en Derecho
Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, se ordenó sacerdote
en 1.949. De regreso a Córdoba comenzó su labor pastoral como Vicario
Cooperador en la Parroquia San José de Alberdi y como Capellán del Hospital de
Clínicas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">En 1.968 fue enviado como obispo
a La Rioja, una provincia empobrecida y mayormente rural, en oposición a la
dinámica e industrializada Córdoba. A su nueva Diócesis, Angelelli llevó los
principios del Concilio Vaticano II, junto con su estilo llano, poco
jerárquico, de estrecha relación con sus fieles.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b>Su compromiso con la tarea pastoral<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">En función de esta tarea
pastoral, el Vaticano lo designó un año después como arzobispo auxiliar de la
provincia, y una de sus primeras medidas consistió en ordenar que los
seminaristas se hicieran presentes en los barrios obreros para tomar contacto
con la realidad.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Angelelli propició desde su
Diócesis la conformación de grupos de laicos comprometidos con los sectores
populares de Córdoba.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Esas actividades y sus
enfrentamientos con la jerarquía encabezada por el nuncio apostólico Humberto
Mozzoni y el cardenal Antonio Caggiano le valieron que en 1968 se le asignase
la Diócesis de La Rioja.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Con un estilo franco, llano y
directo, el religioso vinculó desde los comienzos su tarea pastoral con los
sectores más humildes de la provincia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Trabajó de forma activa para
propiciar la organización de los trabajadores agrícolas, los mineros y las
empleadas de servicio doméstico.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Su popularidad era tan grande
entre los humildes, que sus misas dominicales desde la catedral de la capital
riojana eran transmitidas por radio para toda la provincia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">A pesar del malestar que sus
postulados causaban a los interventores militares de La Rioja, en los tiempos
en los cuales el país era gobernado por el dictador Juan Carlos Onganía, la
popularidad de Angelelli crecía entre los sectores de la Iglesia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">En esa Argentina que vivía un
contexto de creciente movilización social y política contra la dictadura que se
expresaba en huelgas, manifestaciones y acciones armadas, el Movimiento de
Sacerdotes del Tercer Mundo (MSTM) postulaba la teoría de la liberación de los
oprimidos y profundizaba el conflicto con las autoridades de la Iglesia.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Aunque no integraba este
movimiento, Angelelli proponía desde La Rioja un diálogo con estos sectores,
una postura que irritó aún más al sector integrista de la Iglesia encabezados
por los obispos Adolfo Tortolo y José Miguel Medina.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">En 1973, Carlos Menem, quien años
más tarde sería electo presidente de Argentina, se consagró gobernador de la
Rioja y las relaciones entre Angelelli y esta familia poseedora de viñedos en
el pueblo de Anillaco no estuvieron exentas de conflictos.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b>Inminente final<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Angelelli señalaban que lo más
aberrante de la persecución de que era objeto y de las torturas y asesinatos de
miembros de la iglesia es que eran alimentados en nombre de la Fe, do del odio
hacia ella: <b>“No podemos entender que
desde la Fe se pueda hacer esto (…) No entiendo como esos hombres pueden tomar a
sus semejante y diciéndose cristianos despedazarlos y triturarlos. Rogamos que
Dios no permita que los que han maquinado crean que lo han hecho en nombre de
la fe, sería una aberración</b>. Existen en la Iglesia personas que han
usurpado temerariamente la misión de custodiar la fuerza de nuestra religión. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b>El comienzo del final<o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b>Con motivo de la aparición sin vida de los sacerdotes Gabriel
Longeville y Carlos de Dios Murias, Angelelli viajó a Chamical donde elaboró un
informe en base a su propia investigación</b>. Esos datos forman parte de las
famosas carpetas de las que aún hoy se habla.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><b>El 4 de agosto de 1976, después del mediodía Angelelli salió de la
localidad de Chamical hacia La Rioja, conduciendo la camioneta del obispado
acompañado por el padre Arturo Pinto,</b> llevando consigo una carpeta con
pruebas y testimonios del secuestro, tortura y asesinato de los padres
Longueville y Murias.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Fueron perseguidos por un coche
de color claro que los alcanzó en Punta de los Llanos, donde se les fue encima
a gran velocidad y los encerró provocando el vuelco de la camioneta. <b>Angelelli fue sacado del vehículo. Su nuca
molida a golpes y lo dejaron tirado sobre el asfalto. Su reloj roto marcaba las
tres de la tarde. <o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify">La letra judicial del día 19 de
junio de 1986 del Juzgado de Instrucción en los Criminal y Correccional N°1 de
la Ciudad de La Rioja a cargo del DR. Aldo Fermín Morales decía: <o:p></o:p></p>
<p class="MsoListParagraph" style="text-align:justify;text-indent:-18.0pt;
mso-list:l0 level1 lfo1"><!–[if !supportLists]–><b>1)<span style="font-variant-numeric: normal; font-variant-east-asian: normal; font-weight: normal; font-stretch: normal; font-size: 7pt; line-height: normal; font-family: "Times New Roman";">
</span></b><!–[endif]–><b>Se
resuelve declarar que la muerte de Monseñor Enrique Ángel Angelelli no obedeció a un accidente de tránsito
sino a un homicidio fríamente premeditado y esperado por la víctima. <o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><br></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><br></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify">Fuente: Conociendo Vida y Obra de
Angelelli de Alejandra Gabriela Pérez <o:p></o:p></p>