
Diversos diarios nacionales e internacionales han comenzado a advertir sobre un posible brote de sarampión, una enfermedad altamente contagiosa que resurge con preocupación en distintos continentes. Estados Unidos, México, Canadá, Europa y Asia ya registran brotes, lo que ha encendido las alarmas en el mundo médico, especialmente por la relación entre el aumento de casos y la disminución de los índices de vacunación.
En este contexto, el doctor Claudio Strasorier, especialista en infectología, brindó su análisis sobre la situación en Argentina. «Es una situación que se repite cada cinco o seis años. Nuestro país cuenta con un sistema de inmunización robusto, y en provincias como La Rioja los niveles de vacunación han sido tradicionalmente elevados», señaló el experto en dialogo con Radio La Red. Sin embargo, advirtió que en los últimos años se ha registrado una leve caída en la tasa de vacunación, atribuida a diversas causas, entre ellas el «hartazgo y la negación de las enfermedades» tras la pandemia.
El especialista recordó casos anteriores de importación del virus, como el registrado tras el Mundial de Sudáfrica 2010, donde viajeros argentinos contrajeron la enfermedad en el exterior. «El sarampión se propaga rápidamente, especialmente en espacios cerrados y con alta concentración de personas, como jardines maternales y escuelas. Basta con un solo niño infectado para que el virus se disemine con facilidad», explicó Strasorier.
El principal factor de riesgo es la falta de inmunización. «No tener la vacuna del sarampión significa no contar con anticuerpos para enfrentar el virus. Es una de las enfermedades más transmisibles y puede contagiarse a través de la saliva y la aerosolización», detalló el infectólogo.
Ante este panorama, las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de reforzar la vacunación, especialmente en poblaciones vulnerables como niños, inmunodeprimidos y adultos sin esquema completo. «En Argentina contamos con un sistema de vacunación eficaz, donde los ciudadanos pueden verificar su historia de inmunización y recibir las dosis necesarias. Es fundamental que la atención primaria de salud y los pediatras aumenten la vigilancia ante cuadros sospechosos», enfatizó Strasorier.