
La industria de la carne en Argentina atraviesa un escenario preocupante. En un encuentro convocado por la Mesa de las Carnes, representantes de toda la cadena productiva advirtieron sobre una combinación de factores que podría derivar en un nuevo aumento del precio de la carne vacuna durante la segunda mitad del año.
La baja en el stock ganadero, la ociosidad industrial y las expectativas de una leve recuperación del poder adquisitivo configuran un panorama complejo para productores, frigoríficos y consumidores. Según los últimos datos, el rodeo bovino cayó a 51,6 millones de cabezas, lo que implica una pérdida de 2,6 millones en los últimos dos años, impulsada por la prolongada sequía y la necesidad de liquidaciones anticipadas.
“Si este año mejora el salario real y crece el consumo interno —que absorbe cerca del 70% de la producción—, no habrá suficiente hacienda terminada para abastecer la demanda. Eso podría presionar aún más sobre los precios”, alertó Sebastián Bendayán, gerente de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (Cafrisa).
En este contexto, el sector reclama reformas fiscales urgentes para reactivar la inversión productiva. Entre los puntos más señalados figuran la revisión del Impuesto a las Ganancias por tenencia de ganado y la eliminación del IVA sobre las inversiones, dos factores que, aseguran, desalientan la ampliación del rodeo.
Otra preocupación creciente es el debilitamiento del Senasa. Los referentes denunciaron falta de recursos y de personal, lo que limita la capacidad operativa del organismo. “Si la recaudación de los servicios volviera al Senasa, hoy tendríamos un ente más fuerte y eficaz”, planteó Lowenstein. También criticó la disparidad de exigencias entre plantas de tránsito federal y aquellas bajo control provincial o municipal, lo que —dijo— genera “competencia desleal y riesgo sanitario”.
Finalmente, Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa Nacional de las Carnes, resumió la raíz del problema: “El productor perdió confianza. Ha sido castigado con mercados cerrados, rentabilidad nula y reglas cambiantes. Sin previsibilidad, no hay inversión posible”.
Fuente: Ambito Financiero.