Tras su muerte, la Justicia ordenó la autopsia del cuerpo, la cual determinó que Bravo murió “por una hemorragia cerebral subdural, causada por traumatismo cráneo encefálico, debido a factores de tipo contuso a determinar, con posterior enclavamiento, depresión bulbar y paro cardiorrespiratorio irreversible”, es decir, un violento golpe en la cabeza.
En este sentido se oficializó la imputación de los efectivos policiales Nicolás Ochoa, Oscar Ríos y Matías Contreras, y el personal militar Oscar Ríos, sindicados como presuntos autores del “homicidio simple” de Alejandro Bravo, el conocido tatuador que falleció en el hospital tras descompensarse en la Alcaidía.
En este marco, el abogado de la familia del tatuados, Sergio Gómez comentó que "hubo un intervalo en estos, en estos meses debido a que ingresó un nuevo juez. Lo cierto es que se determinaron más declaraciones de los forenses que hablaron sobre la causa de muerte de Alejandro Bravo", sostuvo en La Mañana de La Red.
Además contó que "Uno de los defensores presentó a un médico para desacreditar las declaraciones de los forenses. No hay seriedad en la estrategia defensiva, por el momento siguen detenidas las 4 personas, es decir, los tres policías y el militar", explicó
Asimismo manifestó que se encuentran en proceso de testimonios de los 14 pedidos testimoniales van 9. También solicitamos las pericias de las imágenes de las cámaras de Alcaldía y de un kiosco del barrio en donde él escapa de quienes venían persiguiendolo, la grabación del 911 cuando Alejandro llama y un análisis de la comunicación de los celulares de los imputados. Consideramos que ya se están dando las condiones para demostrar que fue asesinado por estos policías", remarcó.
Finalmente expresó que "ellos mismos manifestaron declaraciones contradictorias, entre ellos desacreditaban sus propias declaraciones", finalizó.