La defensa de Licciardi, uno de los detenidos imputados por el asesinato de Víctor Sgobba, Sergio Gómez, habló de la situación procesal de su defendido luego de la ampliación de indagatoria de Álvaro Silvera.
En cuanto a lo expuesto por Silvera ante el juez de instrucción, Gómez expuso: “Relató sus argumentos respecto de lo que pasó la noche en la que perdió la vida el señor Sgobba”, y aclaró: “No se sometió a preguntas, por lo cual solo atendimos lo que tenía para decir”.
Respecto de las declaraciones de Silvera en un primer momento luego de ser detenido por la policía, el letrado aseveró: “Debemos tener en cuenta que las declaraciones que se realizan en sede policial no tienen validez legal”, y recordó: “El manifestó que lo golpearon para que se haga cargo del hecho. Se declaró inocente y dijo que no vio a nadie con un cuchillo”.
Asimismo, Gómez hizo referencia a las declaraciones de Silvera respecto de lo que sucedió la noche en la que Víctor Sgobba fue apuñalado: “Lo que dijo es que Sgobba armó la reunión y que Licciardi se acerca pensando que Sgobba le iba a pagar algunos tragos esa noche y le iba a dar algo de dinero”, y señaló: “Al ver que no volvía, Silvera sale con otros dos muchachos más a ver qué pasaba, y en ese momento, ven que Sgobba estaba agrediendo a Licciardi. Confirma de esta manera los dichos de algunos testigos”.
Por otra parte, el abogado defensor de Licciardi remarcó: “Cuando mi defendido supo del hecho se entregó por propia voluntad y fue el primero en declarar y someterse a preguntas”.
“Las declaraciones de Silvera y Licciardi coinciden con la de otros testigos. Somos muy optimistas con la situación procesal de Licciardi”, expresó Gómez..
De la misma manera, el letrado aseguró: “La expectativa de la defensa es lograr la falta de mérito en esta primera etapa, teniendo en cuenta que nosotros entendemos que no existen pruebas directas”, y argumentó: “Lo que involucra a Licciardi con este hecho, es haber recibido un mensaje de una persona que él no conocía y haber accedido a juntarse, pero quedó demostrado que el nunca tuvo intenciones de matarlo ni de robarle”.
La defensa de Licciardi concluyó: “Si eventualmente tenemos que ir a juicio, nosotros somos muy optimistas porque no existen pruebas directas”.