
La magistrada afirmó que el caso tiene evidencia excepcional, con grabaciones, ADN y peritajes que prueban un abuso sexual seguido de muerte. Confirmó que la víctima fue quemada con vida y remarcó la necesidad de más compromiso familiar.
La jueza Gisela Flamini brindó detalles clave sobre la investigación del brutal femicidio de Thiara Carrasco Vayón, la adolescente cuyo cuerpo fue hallado calcinado. Según explicó, el caso cuenta con una gran carga probatoria: “Tenemos abundante evidencia: grabaciones que muestran todo el recorrido, dónde estuvieron, por dónde pasaron, dónde ocurrió el hecho y el lugar donde quemaron el cuerpo”, indicó.
Los análisis de ADN confirmaron que Thiara fue abusada sexualmente antes de ser asesinada, lo que convierte la causa en un probable homicidio criminis causa, una figura que implica un agravante para la pena. “Esto lo deberá determinar el Ministerio Público Fiscal como titular de la acción penal, pero es mi sugerencia”, aclaró Flamini.
Además, la magistrada confirmó que el informe forense certificó que la joven fue quemada cuando aún estaba con vida. “El perito determinó, de forma prácticamente científica, que fue quemada viva con una probabilidad del 99,9%”, precisó.
Flamini también expuso la vulnerabilidad previa de Thiara: “Era una niña que iba de una casa a otra, entre la madre y el padre —que en realidad no era su padre biológico—. Ya había sido víctima de abuso sexual antes; esa causa estaba elevada a juicio y el imputado estaba detenido”, explicó.
Por último, confirmó que el principal acusado permanece en silencio absoluto y que, con las últimas pruebas de ADN ya incorporadas, resta que la Fiscalía defina la calificación legal para poder elevar la causa a juicio. “Contamos con toda la prueba, solo falta la decisión del Ministerio Público Fiscal”, concluyó.