Como cada 3 de enero, en el día de los Promesantes, se realiza la solemne despedida de las imágenes de San Nicolás y el Niño Alcalde.
La ceremonia estuvo encabezada por el obispo Monseñor Marcelo Colombo, finalizando de esta manera las celebraciones de verano en honor de San Nicolás de Bari y del Divino Niño Alcalde en la catedral de La Rioja.
Por la hermandad entre los riojanos
En la oportunidad, el titular del Ejecutivo Provincial pronunció que estas fiestas patronales forman parte de la identidad y religiosidad que tiene el pueblo riojano. “Seguiré el año aplicando lo que me toca circunstancialmente por voluntad de Dios y del pueblo riojano, continuar administrando los destinos de la Provincia bajo la palabra de Dios, es nuestro compromiso y quiero hacerlo convocando a la unidad de todos los riojanos como siempre lo he hecho”, resaltó.
Asimismo, recordó las persecuciones que vivieron durante la historia los caudillos riojanos como Facundo Quiroga, Ángel Vicente Peñaloza y Victoria Romero por luchar por la igualdad de pertenecer a una Nación, la cual La Rioja fue cofundadora y luchadora de la filosofía del federalismo. Enfatizó que “hago votos en esta despedida del Santo para que en el resto de los días del año que estamos comenzando hacerlo con fe, esperanza, fortaleza y riojanidad, teniendo el sentimiento de que somos hijos de un padre común y por lo tanto somos hermanos y hermanas riojanos”.
Por último, dejo su mensaje al pueblo de La Rioja: “creo que nadie es absoluto dueño de la verdad solo Dios es el dueño de la verdad y como hijos de Dios tenemos una partecita cada uno, por eso tenemos que dejar de lado los sectarismo, egoísmos, personalismos y pensar como verdaderos hermanos”.