Colaboradora: Valentina Urus
“Vamos a ver una peli pero a la biblioteca”. Así nacieron los ciclos de Cine para recordar, una de las grandes propuestas culturales para los últimos viernes de cada mes.
Libros transformados en E-books, CD´S en plataformas y las redes sociales reemplazaron las llamadas telefónicas. Con el avance de la tecnología todo pareció indicar el fin de las bibliotecas, aquel espacio que dejaba liberar la curiosidad y la imaginación de sus usuarios y
que ahora quedó asociado a lo rutinario, lo aburrido y lo silencioso tras tantas nuevas ofertas de mercado que surgen día a día.
Ir a una biblioteca se transformó en la última opción del tarro para pasar un buen día de ocio y entretenimiento. ¿Cómo mantener estos espacios e incentivar las actividades culturales en ellos cuando el mercado exige todo lo contrario?
Estas fueron algunas de las inquietudes de los directivos y los colaboradores de la Biblioteca Popular Marcelino Reyes hace 12 años atrás, cuando las tecnologías comenzaban a acaparar todos los centros de atención y las bibliotecas iban perdiendo su razón de ser.
Gustavo Contreras, director de la Biblioteca popular Marcelino Reyes, ubicada en la calle Vélez Sarsfield 799, dialogó con Radio La Red, sobre las propuestas culturales que protagonizan las bibliotecas populares, específicamente la Marcelino Reyes.
“Cine Para Recordar” nació como un proyecto que busca unificar dos de las invenciones más grandiosas del ser humano: el cine y la literatura; trayendo por primera vez en La Rioja un espacio para disfrutar de buenas películas y llevarse excelentes recomendaciones de libros. Así es como la biblioteca Marcelino Reyes se encarga de abrir sus puertas todos los últimos viernes de cada mes, para disfrutar de un café caliente y la oportunidad de compartir con otros espectadores una buena historia.
Contreras comentó que cada ciclo de películas cuenta con una temática en particular: “Durante los dos primeros años la elección de las pelis era aleatoria. En el tercer año nos organizamos y teníamos un público definido, ahí se definieron los ciclos, es decir, las temáticas de las pelis
durante todo el año”.
¿Queres ver una película de nuevos territorios? ¿o quizás películas protagonizadas por grandes actores juveniles? ¿y si vemos pelis premiadas por las prestigiosas academias? Así es como funcionan las temáticas seleccionadas por Gustavo y Silvina Chacón, quienes se definen como “buenos miradores de películas”. En este sentido, ambos seleccionan durante los meses de diciembre, enero y febrero una serie de películas que conformará el ciclo de un año que arranca desde el último viernes de marzo y finaliza el último viernes de noviembre.
Mientras Gustavo se encarga de toda la logística técnica, Silvina presenta la sinopsis de la película, para alertar al público de la historia que se tratará. Al finalizar la película se pasa el tráiler de la que los cinéfilos podrán ver al mes siguiente, y si amerita, se hace un conversatorio
sobre la película.
Del mismo modo la biblioteca se encarga de invitar y difundir aquellas películas que están centradas en públicos concretos: como estudiantes de francés, a quienes en el ciclo llamado “Otros lenguajes y otros territorios” fueron especialmente invitados convocados a ver una
película francesa. “Siempre tratamos de personalizar la invitación en función al interés del destinatario” comenta Gustavo.
Como característica principal de los ciclos de películas, se buscan proyectar películas de países que no estamos acostumbrados, dejando de lado las historias hollywoodenses y norteamericanas para centrarnos en relatos de todas partes del mundo: películas latinoamericanas, francesas, alemanas, etc.: “Como buenos espectadores de cine siempre buscamos esas joyitas que no están en la circulación, que son difíciles de conseguir”, finaliza Gustavo
El ciclo de este 12° año se llama Paginas en acción y muestra filmes con temáticas centradas en el mundo de las letras: historias protagonizadas por escritores, editores, bibliotecas o clubes de lectura son las que conmoverán al público de este año, homenajeando la
característica principal tanto del cine como de la literatura: el contar historias.
La entrada es gratuita, y los cinéfilos que decidan pasar los últimos viernes a las 20:00 de cada mes viendo una bella película son bienvenidos con una sala climatizada y un rico café caliente para encontrar en cada película mucho para conmoverse.