Fueron más de 12 horas de un acalorado debate que dio como resultado una resonante alianza electoral: el jefe del radicalismo, Ernesto Sanz, impuso su postura y será precandidato presidencial de la UCR en las PASO que incluirán al PRO y la Coalición Cívica, con el objetivo de enfrentar al kirchnerismo en las elecciones de octubre.
Pasadas las 5 de la mañana de hoy, los 330 convencionales radicales decidieron apoyar con 186 votos afirmativos la moción del senador Sanz, en detrimento de las propuestas encabezadas por el diputado Julio Cobos y el jefe de bloque de senadores, Gerardo Morales, quienes pugnaban por ampliar los márgenes del acuerdo electoral e incluir al Frente Renovador.
El resultado de la votación tuvo otro efecto impactante: la caída de las aspiraciones presidenciales de Cobos; durante su alocución en la convención radical, el ex gobernador de Mendoza había adelantado que declinaría su candidatura si se imponía la propuesta de aliarse conMauricio Macri y Elisa Carrió. Los números no le dejaron otra opción que resignar sus aspiraciones en favor de que el presidente partidario asuma la postulación en el marco del acuerdo opositor.
La votación, en el teatro Municipal de la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, fue demorada en más de una oportunidad por los incidentes que protagonizaron en la puerta los militantes de la Juventud Radical, en abierta oposición a la alianza electoral con el PRO y la Coalición Cívica.
De todos modos, la moción del jefe del radicalismo incluyó la posibilidad de habilitar alianzas distritales, al establecer -en su artículo 5- que para los comicios "provinciales y municipales deberán contemplarse las condiciones políticas locales", por lo que "se autoriza de manera excepcional la adhesión a otros candidatos presidenciales que no integren la coalición suscripta". Esto quiere decir que se permite la confluencia con Sergio Massa donde los aspirantes lo requieran.
El desafío de Sanz ahora pasa por convencer a sus correligionarios de que el radicalismo no se convirtió en un "socio minoritario" del PRO, tal como advirtió Ricardo Alfonsín, sino quegravitará en el acuerdo opositor como un actor de peso capaz de inclinar la balanza en resguardo de los principios republicanos de un partido que fue representado por dirigentes de la talla de Leandro N. Alem, Hipólito Yrigoyen, Arturo Illia y Raúl Alfonsín.
La búsqueda del elegido
Otro tipo de vicisitudes afronta el Frente para la Victoria: la interna se encuentra sacudida por la lucha intestina de numerosos dirigentes que pretenden lograr el guiño de Cristina Kirchner para encarnar la continuidad del denominado proyecto nacional y popular.
La Presidente de momento no muestra intenciones de ungir un candidato, aunque la pelea parece polarizarse entre el gobernador bonaerense Daniel Scioli y el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo. De todos modos, siguen a la expectativa Sergio Urribarri, Agustín Rossi, Aníbal Fernández, Jorge Taiana y Julián Domínguez.
Por el lado del Frente Renovador, Sergio Massa continúa con la mira puesta en la presidencia y evalúa los pasos a seguir, que seguramente estarán marcados por el reciente acuerdo electoral entre el PRO, la UCR y la CC.
Satisfacción macrista
El ministro de Gobierno porteño y coordinador del PRO, Emilio Monzó, destacó hoy que el acuerdo alcanzado con el radicalismo permitirá "poner fin a una manera de hacer política, basada en el atropello de las instituciones y la falta de diálogo".
Al celebrar el armado de la estrategia electoral del macrismo, la UCR, con Elisa Carrió y Carlos Reutemann, Monzó apuntó que en ese espacio opositor "no nos unimos en contra de nadie, sino a favor de los argentinos que esperan un cambio en el país". "Tenemos el desafío de trabajar juntos para lograr ese cambio", remarcó el funcionario porteño en un comunicado.
Fuente: Infobae