El presidente Javier Milei anunció en cadena nacional la libre competencia de monedas a partir de 2025 y el fin del cepo cambiario. Con este cambio, cada argentino podrá usar la moneda que prefiera para sus transacciones cotidianas, excepto para el pago de impuestos, que continuará siendo en pesos. Sobre esta medida, el economista Nicolás Casas compartió su análisis en una entrevista con La Red, destacando los efectos de esta política en la economía argentina.
Casas aseguró que “se logró una estabilidad en materia cambiaria e inflacionaria”, algo que no se esperaba al inicio del año. Según el economista, esta estabilidad responde en gran medida a las expectativas generadas en los agentes económicos: “Hoy por hoy, para el inversionista, comprar dólares no es rentable, lo que, junto con la baja inflación y el blanqueo de capitales en los últimos meses, ha reducido la demanda de divisas y provocado una sobreoferta”.
Como resultado, el dólar blue se encuentra en niveles cercanos al dólar oficial, marcando un cambio significativo en la dinámica del mercado cambiario.
Respecto a la libre competencia de monedas, Casas señaló que esta medida formaliza una realidad económica existente: “Hay que reconocer algo implícito en Argentina: directa o indirectamente, vivimos hace varias décadas en un bimonetarismo. Al comprar un inmueble o un producto importante, las transacciones suelen realizarse en dólares”.
El economista explicó que este proceso será gradual y dependerá de la eliminación del cepo cambiario: “Se induce a un bimonetarismo, un intercambio de pesos y dólares que se dará de forma paulatina. El levantamiento del cepo por parte del Ministro de Economía será clave para generar la competencia de monedas”, subrayó.
Casas también destacó la disminución del riesgo país como un indicador de confianza en la economía argentina: “Cada vez que el riesgo país baja, significa que los bonos argentinos pagan menos tasas de interés, lo que genera credibilidad. El mercado está confiando en vos”. Esta mejora en la percepción del país es clave para atraer inversiones y fomentar el crecimiento económico en el mediano plazo.
Aunque reconoce signos de recuperación en sectores como minería, agroindustria y venta de autos, Casas advirtió que el poder adquisitivo de los argentinos aún no alcanza niveles ideales: “En los primeros meses del año hubo una caída abrupta en el salario real. Sin embargo, desde junio se observó una mejora que ha continuado mes a mes”, explicó.
A pesar de esta tendencia positiva, el economista enfatizó que los salarios aún no se equiparan con los niveles de los mejores meses del año pasado. No obstante, las proyecciones de crecimiento económico para los próximos años son alentadoras: “Se espera que Argentina crezca entre un 4% y un 5%, siendo uno de los países con mayor crecimiento en la región”, afirmó.
La implementación de la libre competencia de monedas promete transformar profundamente la economía argentina. Según Casas, este cambio requerirá ajustes, pero también abrirá nuevas oportunidades para la estabilidad y el crecimiento económico: “Es una medida que formaliza prácticas existentes, pero también plantea un desafío para consolidar la confianza en el peso y en la economía del país”, concluyó.