Mediante un llamado anónimo a la comisaría de El Maiten, una persona denunció que hay un cuerpo en río Las Minas, en Epuyen, una zona que está a 20 kilómetros de donde fue visto por última vez el 1° de agosto Santiago Maldonado .
Según fuentes judiciales, tras la denuncia se envió personal de la Policía Federal al sector indicado para intentar verificar la información. Por el momento no se ha podido confirmar la presencia de un cuerpo en el lugar.
Santiago Maldonado, oriundo de 25 de mayo pero residente en la ciudad rionegrina de El Bolsón , había viajado hasta un campo del departamento Cushamen, en el noroeste de Chubut, al parecer para sumarse a las protestas de una comunidad mapuche que reclama tierras que reivindica como de su propiedad ancestral.
Según denunciaron su familia y distintas organizaciones de derechos humanos, el joven fue visto por última vez el martes 1 de agosto en un predio ocupado, perteneciente al grupo Benetton, que fue desalojado por un centenar de efectivos de Gendarmería.
La investigación
La Justicia centra su investigación en dilucidar, a través de cotejos de ADN, si la Gendarmería Nacional lo capturó en el predio ocupado por la comunidad mapuche en Leleque, Chubut, como afirmaron desde un principio tres testigos presenciales. Sin embargo, los investigadores y el Gobierno no descartan otras hipótesis.
Dos de los testimonios de ese grupo, que declararon como testigos protegidos y que son allegados a Facundo Jones Huala, el líder mapuche detenido en una cárcel de Esquel, afirmaron que Maldonado fue aprehendido, golpeado, introducido primero en una Unimog dentro del predio y luego traspasado a una camioneta blanca de la Gendarmería, en la ruta 40, a unos 500 metros del lugar donde actuó la fuerza.
Esas declaraciones constan en la instrucción que lleva adelante la fiscal federal de Esquel, Silvina Ávila, en el marco de una causa penal por desaparición forzosa de persona, y se agregarán como prueba a los tres pedidos de hábeas corpus, unificados en una sola causa, que instruye el juez federal de Esquel, Guido Otranto.
Fuente: La Nación