Ni el más pesimista de los pesimistas pudo haber imaginado que River iba a llegar al ansiado 28 de febrero sumergido en un océano de incógnitas. Aquel 20 de diciembre pasado en el que se sortearon los grupos de la Copa Libertadores , todo era ilusión: a once días de obtener la Copa Argentina, el plantel, el cuerpo técnico, los dirigentes y los hinchas ya empezaban a palpitar y a soñar con la revancha en el torneo continental tras la última gran desilusión. Pero hoy, en el debut frente a Flamengo, en Río de Janeiro, el equipo de Marcelo Gallardo se enfrenta a un desafío doble inesperado: el deber de romper con la crisis para llevar tranquilidad y la obligación de quebrar una difícil historia.
Sin un once inicial de memoria, y con algunas bajas sensibles (Pity Martínez y Ariel Rojas están lesionados y Nacho Fernández debe una fecha de suspensión), River precisa una respuesta que supere el resultado. Porque ganar es una necesidad vital para reponerse, arrancar a paso firme en la Copa y conseguir el vital envión anímico tras un mal arranque en el reinicio de la Superliga, con una victoria, un empate y tres caídas.
Pero dejando de lado el marcador, si logra reavivar el espíritu competitivo que el Muñeco supo imponer, y además consigue limpiar la imagen futbolística que dejó el sábado pasado ante Vélez, se incrementarán las posibilidades de que el oscuro panorama actual pueda empezar a cambiar. El contagio es un aspecto vital en el deporte y hoy el Millonario lo sufre: se generalizó la apatía y hasta la jerarquía individual se pierde en la confusión.
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Para lograr el click, el DT acudirá a la experiencia de los dos máximos referentes: en Liniers resguardó a Maidana y a Ponzio (ambos fueron al banco de suplentes y solo el volante ingresó) para que sean la base del equipo que hoy salga al terreno de juego del Estadio Olímpico Nilton Santos a afrontar el primer gran desafío del año. El mensaje es claro: urge llegar hasta lo más profundo de las fibras íntimas de los jugadores para hacerlos reaccionar. Y nada mejor que dejar esa tarea en manos de dos históricos como el capitán y el subcapitán.
Solo tres veces River visitó Brasil con Gallardo como entrenador: le ganó 3-0 a Cruzeiro en los cuartos de final de la Libertadores 2015; perdió 2-1 con Chapecoense en cuartos de final de la Sudamericana 2015 (avanzó tras ganar 3-1 en la ida), y cayó 2-1 con San Pablo en la fase de grupos de la Libertadores 2016.
Luego de 18 años, enfrente estará Flamengo, un poderoso que llega herido. Para el equipo brasilero, tras perder en diciembre pasado la final de la Copa Sudamericana con Independiente, el 2018 comenzó a puro éxito: consiguió siete victorias y un empate en sus primeras ocho presentaciones y conquistó la Copa Guanabara, la primera ronda del Campeonato Carioca. Pero en el inicio de la Copa Río, la segunda ronda, llegó el golpe: en su primer juego le ganó 4-0 a Madureira y el último sábado perdió 4-0 el clásico con Fluminense.
A diferencia del Muñeco, quien eligió jugar con muchos titulares ante Vélez, el técnico brasileño Paulo César Carpegiani reservó a la gran mayoría de los futbolistas que podrían jugar hoy, aunque algunos nombres importantes dijeron presente: el arquero Diego Alves, el defensor peruano Miguel Trauco, el volante colombiano Gustavo Cuéllar y los atacantes Felipe Vizeu y Vinicius Junior, el joven de 17 años que adquirió Real Madrid por 45 millones de euros (emigrará en julio).
Por otro lado, los libros marcan que en tierras brasileras hay más derrotas que conquistas: ganó siete, empató seis y perdió 25 de los 38 que disputó. Y, además, en el máximo certamen continental, solo pudo festejar tres veces (perdió nueve). Será una pelea contra el presente y contra la historia.
El duelo de esta noche será especial y diferente. No solo porque se jugará a puertas cerradas por la sanción que Conmebol le impuso a Flamengo, sino porque el Millonario se había acostumbrado en los últimos años a llegar como favorito y con la frente en alto a los duelos coperos.
Esta vez, deberá sacar a relucir su impronta para decir presente y no claudicar. Para eso, quizás Gallardo pueda contarles a sus dirigidos sobre una jornada única: el 30 de octubre de 1997 convirtió un gol en el primer triunfo que River consiguió en Brasil (2-0 a Vasco da Gama) tras 21 años sin éxitos y que le dio el pase a la semifinal de la Supercopa, torneo que conquistó. El técnico sabe que la historia, los malos momentos y las rachas están para romperse.
El "Pincha"
Estudiantes de La Plata, cuatro veces campeón de América, visitará hoy a Nacional de Montevideo, de Uruguay, que levantó el trofeo en tres oportunidades, en un partido cargado de historia y con picantes antecedentes entre ambos, que abrirá el Grupo 6 de la Copa Libertadores de América.
El encuentro se disputará en el estadio del Gran Parque Central, desde las 19.15, con el paraguayo Mario Díaz de Vivar como árbitro, quien estará asistido por sus compatriotas Carlos Cáceres y Darío Gaona, y televisación de Fox Sports.