CÓDOBA- Aunque ayer el fiscal Bernardo Alberione, quien lleva la causa de la maestra jardinera asesinada por su ex marido delante de sus alumnos en una guardería de San Francisco, dijo que la Justicia había cumplido todos los pasos procesales previstos por las denuncias anteriores por violencia de género, allegados a la mujer aseguran que él le seguía haciendo la vida "imposible".
Mauro Bongiovanni, de 45 años, mató a María Eugenia Lanzetti, de la misma edad con dos puñaladas. Lo hizo en el aula donde ella estaba con un grupo de sus alumnos de dos y tres años. Por las reiteradas denuncias de agresiones, él tenía una orden de restricción del hogar y ella, desde setiembre último, tenía un botón antipánico.
El Ministerio de Desarrollo Social comunicó que el martes a las 23.55, la Departamental de Policía de San Justo detectó en sus sistema que el botón antipánico de María Eugenia no tenía señaly mandó un patrullero a su casa. Dicen que lo puso en carga. Ayer no alcanzó a accionarlo pese a que lo tenía en el bolsillo del guardapolvo.
Durante el velorio -será sepultada hoy- sus amigas sostuvieron que había vivido un "calvario" desde que se separó hace un año e incluso plantearon que él nunca cumplió la restricción del hogar. Vivía a media cuadra de su ex mujer, con quien tenía dos hijos de 17 y 22 años.
El presidente del centro vecinal donde funciona la guardería, Carlos Bonzano, dijo a LA NACION que la maestra era "un amor en el contacto con la gente, agradable en la conversación; muy suave. Estaba acostumbrada a tratar con chicos y todos la querían".
Respecto de sus problemas de pareja, comentó que conocía que "algo pasaba; tenía algunos inconvenientes". Insistió en que era muy reservada y que no hablaba del tema en el jardincito, pero que alguna vez dijo que el ex marido era "obsesivo" y que la "perseguía".
Marita -como le decían en la guardería- cumplía dos turnos en la guardería. Por la mañana atendía un grupo reducido de chicos de entre dos y tres años y, por la tarde (durante más horas) trabajaba con pequeños de entre tres y cuatro. Ayer, cuando fue el crimen, no había muchos alumnos porque llovía y los papás no los llevaron.
El fiscal Alberione aseguró que Bongiovanni "tiene cabal comprensión de la criminalidad de sus actos" y que fue a la guardería "decidido a hacer lo que hizo". Bongiovanni había estado internado en una clínica pisquiátrica hasta el 18 de marzo y continuaba en tratamiento ambulatorio bajo custodia de su familia.
El Fiscal apuntó que por parte de las autoridades hubo un "estricto cumplimiento" del protocolo previsto para casos de violencia de género.
Explicó que, cuando la policía recibió el alerta de la guardería, "imaginó lo que podría haber pasado". Advirtió que no estaba detenido pese a las denuncias previas de su ex mujer, porque en las últimas pericias la Justicia entendió que "no revestía peligrosidad". Sobre su tratamiento psiquiátrico, señaló que nunca estuvo internado.
ANTECEDENTE
Hace 15 días, en Villa María, un paciente psiquiátrico también mató a su pareja. Hugo Barrera asesinó a Carina Simonetta en la casa que compartían. La descuartizó y repartió el cuerpo por la vivienda. Lo mismo hizo con el perro que tenían y que había originado la discusión.
La pareja vivía junta desde hacía poco más de un año. Se habían conocido en la Colonia Vidal Abal, un hospital psiquiátrico de la ciudad de Oliva. El hombre, de 39 años, había estado internado hasta días antes del crimen por una "crisis de excitación".
Salió con un permiso transitorio, pero no regresó. Salud Mental de la Provincia aseguró que abrió un sumario de investigación para analizar qué pasó con los controles que deben realizarse. Barrera está detenido pero la Justicia hoy lo declaró inimputable. Diferente al caso de Bongiovanni que entiende lo que hizo.
Fuente: La Nación