La problemática del consumo de sustancias continúa siendo un desafío complejo y multicausal en la sociedad argentina. Así lo explicó Alida Narváez, coordinadora de Políticas Públicas sobre Adicciones, quien además advirtió sobre un cambio significativo en los perfiles de quienes hoy demandan asistencia.
“Vemos profundizada la situación de consumo. En un primer momento teníamos más demanda de personas jóvenes, entre 18 y 25 años. Hoy nuestros indicadores muestran un aumento entre los 25 y 45 años”, señala Narváez, en base a la evaluación anual del trabajo del área.
Este cambio etario en la demanda refleja —según la especialista— la dimensión social del problema. “Es una problemática atravesada por diversos factores: la disponibilidad de sustancias, la falta de proyectos de vida y la dificultad para tomar decisiones saludables, especialmente entre los jóvenes”, explica.
Narváez destacó la importancia de trabajar desde la prevención, entendida como una estrategia integral y colaborativa. “Apelamos a la corresponsabilidad, porque todos tenemos algo que hacer respecto a la prevención. Se trata de evitar situaciones de riesgo y fortalecer las prácticas de cuidado”, enfatiza.
Desde el área, se promueven proyectos de vida protectores, vinculados a la formación, la capacitación laboral y la construcción de redes comunitarias, como herramientas que reducen las posibilidades de desarrollar conductas adictivas.
“La prevención integral nos permite abordar no sólo el consumo, sino también los contextos que lo favorecen”, concluye Narváez.
