
Desde diciembre del año pasado, la ex fábrica textil Victoria Outdoor —ubicada en el parque industrial de La Rioja— dejó de funcionar. Se declaró en quiebra, y desde entonces, sus trabajadores enfrentan un escenario de incertidumbre, sueldos impagos y condiciones laborales precarias. A ocho meses del cierre, un grupo de operarios tomó las instalaciones en reclamo por sus haberes, exigiendo la presencia del Estado y una respuesta urgente.
Uno de los voceros de los trabajadores, Pablo Busquet, operario y exempleado de la exTextilcom, relató la situación a Radio La Red: “Esta es la fábrica Victoria, que ya no funciona como tal desde diciembre. Entramos a trabajar un grupo de chicos, pero desde entonces nunca pudimos cobrar un sueldo completo”.
Según explica Busquet, las liquidaciones son irrisorias: “Tengo compañeros que por dos meses de trabajo van a cobrar 12.000 pesos, 50.000 pesos, 20.000 pesos. Es una burla”. La propietaria de la empresa, Victoria Policicho, reside en Buenos Aires y, de acuerdo con el testimonio, solo envía instrucciones a distancia sin garantizar los pagos: “Hace bajada de línea desde allá, pero lo que no gira es la plata”.
El reclamo de los trabajadores se sostiene en la denuncia de condiciones laborales en negro, sin ART, sin aportes y sin registro formal. “Esta es una pseudo cooperativa que nunca se formó como tal. Siempre la promesa de armar una cooperativa, pero seguimos igual. No somos empleados en blanco y no tenemos ningún derecho garantizado”, afirmó Busquet.
Además de la situación actual, los operarios arrastran deudas laborales de la anterior firma, Textilcom, también quebrada. “Pasaron por acá unos 20 o 30 compañeros de la exTextilcom. Nunca cobramos un peso de esa liquidación, y el empresario se declaró insolvente. Ni los calzones que tiene puesto dicen que son de él”, expresó con indignación.
La tensión creció en las últimas semanas, cuando los trabajadores decidieron ocupar la planta. El objetivo: frenar la salida de mercadería hasta que les abonen los sueldos adeudados. “De acá no va a salir una prenda más. Esta vez no va a pasar como antes. Esta vez o salimos con plata o no se mueve nada”, advirtió Busquet.
El pedido es claro: intervención estatal. “Queremos que venga alguien de la Secretaría de Trabajo, de la Secretaría de Industria, que escuchen la situación. Porque acá no llega un peso y los únicos que pierden somos nosotros, nuestras familias, nuestros hijos”, reclamó.
Al momento de la entrevista, son 24 los trabajadores que mantienen la toma. Muchos otros no pueden acercarse por falta de recursos: “Una compañera me decía que hace una semana solo comen mate cocido con pan. ¿Cómo va a venir a trabajar si no tiene ni para darle de comer a los hijos?”, relató.
La situación se agrava con el paso de los días. La paciencia se agota. “Vinimos a trabajar con buena voluntad y muchísima necesidad. Lo mínimo que exigimos es cobrar algo digno. Pero esto ya colmó. Si no pagan lo que deben, no van a tocar una sola prenda más”, concluyó Busquet.