Escribe: Analía Yoma
Con el aparato estatal a su favor, la fórmula Sergio Casas – Néstor Bosetti se mostró ante el electorado como la continuidad del gobierno de Beder Herrera y del kirchnerismo. Proyecto amparado fuertemente en la ejecución de políticas nacionales en materia de obras públicas. Así, el pasado 5 de junio, los hombres más fuertes del bederismo lograron el triunfo en las urnas pero ya no con el 70 por ciento; con un panorama diferente en la Capital, un sistema de colectoras que no favoreció – en muchos casos- al oficialismo y todavía con un sistema que poco contribuye a la democracia en el interior.
El peronismo quedó legitimado por los votos pero la oposición empezó a jugar otro papel en la sociedad. Proceso que lleva ya varias elecciones y puede seguir. “Todos amontonados por un objetivo” no funcionó de la mejor manera o de la ideal. Referentes políticos sin ser candidatos quedaron heridos en estos comicios.
El hombre de San Blas de los Sauces, que dejará la Legislatura, para pasar a la Casa de Las Tejas deberá seguir con un proyecto pero en otro contexto local y nacional. Gobernará bajo otra presidencia, gobernará con una dirigencia oficialista que hizo “un acuerdo para ganar las elecciones” pero puede quedar dividida después del 10 de diciembre cuando se vuelvan a ubicar los actores políticos en sus funciones.
La mayoría de los intendentes a su favor, una Cámara con mayoría pero un Vicegobernador que fue su contrincante en la interna del PJ y con el interrogante de cómo funcionarán los órganos de control que aparecieron ante la rebeldía de algún intendente. Sus integrantes son inalcanzables para obtener información, cuando la información en transparencia. El acceso a la información pública y la transparencia, en principio, es una deuda.
Cuando Beder Herrera llegó a la gobernación lanzó una reforma constitucional que limitó la reelección indefinida, realizó cambios en materia de representación y se creó el Consejo de la Magistratura y el Juri de Enjuiciamiento. Además implementó una política de creación de sociedades estatales sobre las que se conoce poco: inversiones, empleados, rentabilidad, etc.
Hubo aumentos para los empleados públicos pero una negación a la negociación paritaria y cambio en la ley de carrera administrativa y la derogación del Decreto Cavero, que fue promesa de campaña. Los docentes negociaron en paritaria y sumó en este año al resto de gremios docentes.
Los recursos y su distribución será uno de los desafíos de Casas. La planta de empleados públicos, los incrementos salariales y la diversidad contractual. La dependencia de fondos nacionales que tiene la Provincia históricamente la ubica en una jurisdicción que no ha podido despegar. Un dato: Los jóvenes del interior estudian en La Rioja, con una rica oferta académica, pero se emancipan en otros lugares porque no tienen oportunidades laborales.
Lograr la devolución del punto de coparticipación no depende solo de una voluntad presidencial, incluye al resto de las provincias y también al Congreso. Y en el acta publicada por la fundación del precandidato presidencial Daniel Scioli, ese punto no está.
La otra demanda será la búsqueda de herramientas que reactiven o no el Parque Industrial con la caída del régimen de Promoción Industrial.
El recurso humano en salud el funcionamiento del sistema público en el interior debería estar en la agenda de gobierno de Casas; como así también una reforma judicial y política que genera mecanismos sanos para la ciudadanía a la hora de elegir a sus candidatos.
La historia riojana nuevamente abrirá otro capítulo político en diciembre con políticas a favor pero con deficiencias institucionales crónicos que necesitan ser revisadas.