Juan Martín del Potro disputó su último encuentro en el circuito hace poco más de un mes, el 27 de marzo pasado, con derrota frente a Roger Federer en el Masters 1000 de Miami. Desde entonces, el tandilense comenzó a prepararse para una gira extensa, que comenzará este martes en el ATP 250 de Estoril , en Portugal, y continuará en los Masters 1000 de Madrid (desde el 7 de mayo) y Roma , hasta desembocar en Roland Garros . El campeón del US Open 2009 fue incluso más allá: ya tiene su calendario armado hasta septiembre próximo, aunque sin confirmar su participación en el repechaje de la Copa Davis frente a Kazajistán.
Hasta aquí, Del Potro ha tenido una temporada corta, con cuatro torneos y un balance de 6 triunfos y 4 derrotas, con la semifinal de Delray Beach como mejor resultado. No ha cambiado mucho su ranking desde que empezó el año (de 38° a 33°), pero ahora comienza lo que es, acaso, el tramo más complejo del año para el tandilense. "El polvo de ladrillo es la superficie más complicada para mí, pero siempre que jugué este torneo me fue muy bien", analizó el argentino antes de su estreno en Estoril contra el japonés Yuichi Sugita, por la primera rueda, este martes, cerca del mediodía de nuestro país. De hecho, en la superficie portuguesa celebró sus últimos dos títulos en canchas lentas, en 2011 y 2012.
Históricamente, el récord de Del Potro en canchas lentas por el ATP Tour no es malo: totaliza 65 triunfos y 26 derrotas, con una efectividad del 71,4 por ciento. Eso sí: después de las últimas tres operaciones en la muñeca izquierda, disminuyó mucho su participación en esta gira. En 2016, año de su regreso al tour, sólo disputó los torneos de Munich (cuartos de final) y Madrid (segunda ronda); previamente, en 2013 no pasó de la segunda rueda en Montecarlo y Roma. Para encontrar su última participación en Roland Garros hay que retroceder hasta 2012, año en el que trepó hasta los cuartos de final, donde Federer lo superó en cinco sets. Por la misma vía el suizo lo venció en la semifinal 2009, en la mejor participación histórica de Delpo en el Bois de Boulogne.
Aun cuando comenzó a jugar al tenis sobre polvo de ladrillo, Del Potro no termina de sentirse cómodo en este terreno, y claramente prefiere las canchas rápidas; básicamente por su estilo de juego. Su pelota pesada y potente 'lastima' más sobre el cemento y en las canchas 'indoor', mientras que en polvo de ladrillo necesita más impactos -en consecuencia, más desgaste- para ganar los puntos, y también exige más el revés; un panorama que se complica aún más en partidos al mejor de cinco sets, como los de Roland Garros. Pero Delpo asegura que se siente mejor en la parte física y tenística, y por eso emprende su gira más larga en canchas lentas desde 2012.
Mientras, se abrió otro panorama. El circuito experimentó un giro en reversa, y los más destacados en lo que va de 2017 son Roger Federer y Rafael Nadal, casi como . El zurdo de Manacor es el gran candidato en Madrid, Roma y Roland Garros, mientras que el suizo sólo tiene previsto jugar -y sin confirmar aún- el abierto francés. Hasta aquí, Novak Djokovic y Andy Murray han tenido resultados por debajo de lo hecho el año pasado, aunque de todos modos el serbio se las arregló para ganarle a Del Potro en sus dos choques de esta temporada, en Acapulco e Indian Wells. Las cuatro caídas del argentino en este año fueron ante rivales ubicados en el Top 6, a diferencia de lo que pasaba el año pasado, cuando Del Potro era el 'matagigantes' de los referentes del tour, con varias victorias sobre los Top 10. Superar de nuevo a los nombres de primer nivel es otro desafío dentro de esta gira.
En cuanto al ranking, Del Potro tiene mucho por sumar y poco por defender. Hasta el 12 de junio próximo, sólo restará 45 puntos, correspondientes a la segunda rueda de Madrid 2016, pues ya descartó lo sumado hace doce meses en Munich. En concreto, está en condiciones de sumar prácticamente todo lo que acumule en los próximos cuatro torneos: Estoril, Madrid, Roma y Roland Garros. Como objetivo primario, el argentino no necesita sumar demasiado para ingresar en el Top 30 y asegurarse un puesto como preclasificado en el abierto francés, lo que le impediría chocar contra un rival de primer orden, por lo menos en las dos primeras rondas, algo que precisamente lo complicó en los primeros torneos de este año, en el que los sorteos de los cuadros le dieron la espalda. Claramente, Del Potro apunta en el largo plazo, con la idea de rendir a pleno en la gira sobre césped (jugará tres torneos, incluido Wimbledon) y en la del cemento norteamericano (Washington, los Masters 1000 de Montreal y Cincinnati, y el US Open). La propuesta es ambiciosa, pero ahora es tiempo de otro desafío, con buenas posibilidades y mucho en juego.