
El Gobierno de La Rioja anunció un nuevo aumento salarial para los trabajadores de la administración pública, y el sector docente será uno de los más beneficiados. En este marco, el ministro de Educación, Ariel Martínez, brindó detalles sobre la medida que contempla una suma fija remunerativa no bonificable de $80.000 y un incremento del 4,5% al salario básico, que será percibido con los haberes de agosto.
“Es un aumento importante, del 15% al bolsillo del trabajador”, afirmó Martínez, quien precisó que el piso salarial pasará de $550.000 a $640.000, y que ningún docente que esté frente al aula cobrará menos de $770.000, monto que incluye el adicional del IPE para aquellos con asistencia plena.
Sobre el impacto de esta medida, Fernanda Husser, secretaria general de SADOP, explicó a Radio La Red que se trata de un incremento que, si bien no cubre todas las expectativas, fue resultado de un proceso de diálogo complejo y con consenso entre las partes. “No es el aumento que esperábamos, pero sí fue construido en el consenso, conforme con las particularidades que se le ha dado y respetando las características del sector”, señaló.
Entre los puntos que Husser destacó, se encuentran la inclusión del aumento para dos cargos, el carácter remunerativo del mismo (clave para el cálculo jubilatorio), y la elevación del piso salarial, que era uno de los pedidos centrales de la mesa paritaria: “Sabíamos que si no se aumentaba el piso, muchos compañeros no lo iban a percibir. Ahora, el docente que recién se inicia pasará a cobrar $640.000 o más, dependiendo del cargo”.
En cuanto al controvertido IPE (Ítem de Presentismo Educativo), Husser señaló que el sindicato sigue rechazando su incremento por considerar que “no todos los docentes lo cobran” y que penaliza indirectamente a las mujeres, mayoría en la docencia, que enfrentan mayores responsabilidades de cuidado. “No hay derecho a enfermarse ni a cuidar a un familiar. Es una discusión que hay que dar”, advirtió.
Respecto a las escuelas privadas, SADOP ya comenzó las negociaciones para garantizar que el aumento también se aplique en ese sector: “Tienen un mes para adecuarse. Muchas ya estaban expectantes. En general, no estamos teniendo grandes problemas con el respeto de los básicos. Sí hay que discutir más el pago del IPE, que algunos empleadores rechazan asumir”, indicó Husser.
En conclusión, el nuevo esquema salarial representa una mejora concreta en el poder adquisitivo del sector docente, con énfasis en el carácter remunerativo del incremento y el fortalecimiento del piso salarial. No obstante, persisten desafíos en torno a la equidad, la estructura del IPE y su implementación en el sector privado, puntos que continuarán en la agenda sindical en lo que resta del año.