Cada 8 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Dislexia, una fecha clave para generar conciencia sobre una de las condiciones del neurodesarrollo más frecuentes, pero también más incomprendidas.
Muchas personas han escuchado hablar de la dislexia, pero no siempre comprenden en qué consiste realmente. Por eso, esta jornada busca desmitificar prejuicios y promover una mejor comprensión sobre esta condición de origen neurobiológico que afecta los procesos de lectura y escritura.
La psicopedagoga Mayra Salcedo, diplomada en Neuroeducación, explicó que la dislexia no está relacionada con la falta de esfuerzo o de inteligencia, sino con una dificultad específica en el procesamiento del lenguaje escrito. “Es importante observar las señales desde los primeros años de la escolaridad —indicó—, sobre todo cuando los niños y niñas ya han pasado por el proceso de alfabetización pero continúan con muchas dificultades para leer o escribir”.
Entre las alertas más comunes, Salcedo mencionó la confusión entre letras o sonidos, la omisión o cambio de letras al escribir, y la dificultad para reconocer algunos fonemas. “Muchos padres tienen dudas o no saben si es necesario consultar, pero si estas dificultades persisten, lo recomendable es acudir a un profesional para una evaluación”, agregó.
Respecto a la cantidad de casos, la profesional señaló que, en su equipo de trabajo en la Zona Norte, existen actualmente alrededor de 90 casos en seguimiento, de los cuales casi la mitad corresponden a dificultades de aprendizaje, entre ellas la dislexia.
“Hablar de dislexia no es hablar de una limitación, sino de una forma diferente de aprender. Con acompañamiento y estrategias adecuadas, los chicos pueden desarrollar todo su potencial”, remarcó Salcedo.
El Día Mundial de la Dislexia invita a reflexionar, informar y acompañar, porque entender es el primer paso para incluir.


