
Los docentes de las universidades públicas de todo el país anunciaron un paro nacional por 48 horas para los días jueves 26 y viernes 27 de junio, acompañado de una nueva Marcha Federal Educativa en reclamo por la crítica situación salarial del sector y el desfinanciamiento de las instituciones. La medida se realiza en la previa del debate en el Congreso por el presupuesto universitario, que se mantiene congelado a pesar del crecimiento inflacionario.
La protesta se da en un contexto de profunda crisis en el sistema universitario público argentino, tras el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, que había sido aprobada en octubre de 2024 pero fue rechazada por el presidente Javier Milei con el argumento del “déficit cero”.
En diálogo con Radio La Red La Rioja, Carlos De Feo, secretario general de CONADU, explicó los motivos detrás de la convocatoria: “Sí, son dos días de paro. El día jueves vamos a realizar marchas en todo el país, entre ellas una marcha de antorchas en Buenos Aires. Esperamos que esto ayude a visibilizar una situación gravísima: los salarios docentes son irrisorios, estamos perdiendo docentes y también estudiantes”.
De Feo aseguró que la falta de inversión por parte del Estado no solo deteriora la calidad académica, sino que amenaza directamente la continuidad del sistema universitario. “Entre la crisis económica general, la caída de becas y ayudas, y el aumento del costo de vida, muchos chicos y chicas están abandonando sus carreras. La universidad pública está entrando en una situación que, si no se revierte pronto, puede ser irreversible”, advirtió.
El titular de CONADU fue contundente respecto a la pérdida del poder adquisitivo del sector docente: “Hoy estamos cobrando la mitad de lo que cobrábamos hace 18 meses. La inflación le ha sacado casi 100% al salario real”.
A modo de ejemplo, De Feo describió: “Hay docentes que ganan 200 mil pesos por dar clases a 400 alumnos, corregir exámenes y preparar contenidos. Frente a eso, muchos eligen manejar un Uber o trabajar en aplicaciones, porque es más rentable y menos desgastante. Es muy grave lo que está pasando”.
Además del deterioro de las condiciones laborales, CONADU alertó sobre un fenómeno que parecía haber quedado atrás: “Los investigadores jóvenes con formación de posgrado están abandonando el país nuevamente. Se está acelerando la fuga de cerebros, y también se van docentes. Recuperar eso nos va a llevar años”.
De Feo aseguró que la situación no ha mejorado en nada desde las grandes movilizaciones de 2024, y que incluso ha empeorado en términos de salarios, infraestructura y acceso a la educación: “El año pasado al menos hubo una ayuda para el funcionamiento de las universidades. Este año, ni siquiera eso. El recorte es total”.
La Marcha Federal Educativa y el paro universitario buscarán poner nuevamente en la agenda política la urgencia del financiamiento del sistema universitario. Las consignas son claras: presupuesto digno, salarios justos y becas para estudiantes. “Yo creo que frente a ese peligro estamos: que desaparezcan las universidades”. concluyó De Feo.