El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger , ratificó hoy la estrategia de mantener las actuales tasas de interés hasta que no se confirme la baja de la inflación y defendió la política de flotación cambiaria.
Al disertar en el evento latinoamericano del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), el funcionario dijo que es importante observar con más atención el tipo de cambio multilateral que la relación entre el peso y el dólar.
Sturzenegger participó de un debate sobre las metas de inflación con sus pares de México, el vicegobernador Alejandro Díaz de Leon, y Julio Velarde de Perú, moderados por el economista jefe del IIF para la región, Ramón Aracena.
Al comenzar, el presidente del Banco Central mencionó la importancia de la experiencia de Israel para reducir la inflación desde niveles muy altos. "Hay que ser consecuente con lo que uno dice, a varios países les costó bastantes años implementar el sistema. Acá no tenemos miedo de flotar, sino miedo de no flotar", sostuvo.
"En el caso de la Argentina es muy impresionante el desarrollo del mercado de divisas, que ya no se guía por eventos de corto plazo sino por la información y las expectativas. El tipo de cambio tiene que bajar y subir en forma suave", indicó.
De inmediato, sostuvo que "estamos en un proceso de desinflación, pero todavía es bastante alta y este es un impuesto sobre la sociedad que impide el crecimiento; en general los analistas enfatizan los costos más que los beneficios de la desinflación".
Para Sturzenegger, "la forma para que crezcan los salarios reales es con menos inflación. Cuando esta baja de la inflación se hizo antes, se usó un ancla cambiaria, lo cual es fácil al principio pero no después porque se sabe como entrar pero no cómo salir".
En cuanto a la política monetaria, defendió la estrategia de tasas reales positivas y aseguró que se mantendrá el sesgo contractivo "para asegurar que se cumpla el objetivo del 17 por ciento" de inflación pautado para este año.
En este sentido, defendió la autonomía de la entidad que preside. "La Argentina trató en el pasado con un banco central sin independencia por muchos tiempo. Y en un año electoral, no estamos atados a los objetivos políticos de corto plazo".
Respecto de la estrategia cambiaria, afirmó: "Casi no intervenimos en el mercado cambiario; compramos reservas porque veníamos de un nivel muy bajo. Este año el tipo de cambio multilateral se apreció un dos por ciento, pero en un contexto de tipo de cambio flotante, así que hay que fijarse en el tipo de cambio multilateral".
Según Sturzenegger, "hay mucho foco en la canasta bilateral, pero a veces esta no es tan importante en el comercio de bienes y servicios".
Sobre el consenso de los economistas, que creen que la inflación será mayor al 20% este año, dijo que "uno quiere ver consistencia, coherencia, esa es la naturaleza, aunque la gente tiene el derecho de ser escéptica, porque hay una historia detrás, pero a la vez hubo episodios externos como el Brexit y las elecciones en los Estados Unidos y tuvieron cero efecto en el ámbito local".
Una vez más, dijo que no hay "trade-off" entre crecimiento e inflación. "La inflación no es una herramienta de crecimiento sino un impuesto a la sociedad", sostuvo.
Ante una pregunta del auditorio, destacó el cambio en la credibilidad de las estadísticas públicas luego de la manipulación desarrollada en el kirchnerismo. "Lo que la Argentina hizo fue muy vergonzoso al mentir sobre los números. Y así como lo hizo en la ciudad de Buenos Aires como jefe de gobierno, Macri hizo lo mismo como presidente: un índice transparente. Por eso el FMI nos sacó de la cuarentena. Hay mucho trabajo por hacer pero ahora se puede confiar en los números", concluyó.
Fuente: La Nación