Vestimenta, accesorios, elementos de uso doméstico, obsequios, condecoraciones y el famoso auto El Justicialista son algunos de los objetos de la vida cotidiana del expresidente Perón que se podrán ver exhibidos en el Centro Cultural Kirchner. Se trata de bienes que fueron incautados por el gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu durante el golpe de Estado de 1955. Tras ser decomisados, los bienes fueron depositados en el Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, actual Banco Ciudad, el cual ofició por décadas como depositario legal.
En 2022, luego de un breve proceso judicial, el Ministerio de Cultura de la Nación obtuvo la custodia de todos los bienes, incluido el auto Justicialista. Su recuperación no solo permite reconstruir un momento dramático de nuestra historia sino que es también la restitución de un patrimonio que le fue incautado al pueblo argentino.
Los bienes de Perón tienen un significativo valor histórico y cultural. Son la muestra del despojo a través del cual la autodenominada “Revolución Libertadora” trazó su ofensiva: si Perón estaba privado de sus bienes, entonces los trabajadores también podían ser privados de los suyos. En aquella privación se encuentra la clave de la historia que tuvo lugar después.
Restituirlos como bienes de interés cultural tiene la intención de recuperar su peso histórico pero también la de seguir levantando las banderas de la memoria para el presente y para nuestro futuro.
Destacan en forma particular por la curiosidad histórica que despiertan dos placas ofrendadas por el expresidente del Perú, Manuel Odria; objetos ceremoniales entregados por trabajadores chilenos; medallas alusivas a Perón y Evita; un instrumento musical; y dos óleos sobre tela: “Paisano” de Roberto Holden Jara, y “Dama española”, de Vicente Nicolau Cotanda.
El Justicialista, símbolo de una época en Argentina
El Justicialista Gran Sport, símbolo del desarrollo industrial y tecnológico alcanzado por el país en la década de 1950, es sin duda uno de los objetos restituidos más destacados. Este automóvil evoca una etapa crucial del crecimiento de la producción, empleo calificado, soberanía económica y desarrollo regional. En la elegancia de este automóvil reluce un proyecto colectivo, con impulso estatal, orientado a la autarquía, un proyecto que desplegó las potencialidades tecno-productivas y la imaginación de nuestro país.
El Gran Sport fue el segundo automóvil fabricado en el mundo cuya carrocería estaba hecha enteramente con plástico reforzado (resina poliéster) y fibra de vidrio. El primero en fabricarse de esta manera había sido el Corvette de General Motors. Inicialmente concebido como convertible, esta coupé presenta una carrocería tricuerpo con dos asientos, motor y habitáculo para equipaje. De color azul cielo -a excepción de su techo negro, rígido y removible, por lo que se lo llamaba “quipón”-, el automóvil está equipado con un motor Porsche de 55CV, que podía alcanzar una velocidad máxima de 150 km/h. Entre 1953 y 1955 se fabricaron 167 unidades de la línea Justicialista Sport.