
El Congreso se prepara para debatir una medida que, atrasar una hora los relojes en todo el país. La propuesta, impulsada por el diputado mendocino Julio Cobos, busca alinear el horario oficial con el huso geográfico correspondiente a la Argentina (-04 GMT) y reducir así el consumo de energía artificial.
El cambio implicaría una reforma estructural en la manera en que se organiza el tiempo en el país, con impacto directo en actividades laborales, escolares, comerciales y sociales. Pero detrás de esta iniciativa hay también una preocupación más profunda: el contexto internacional de crisis energética y el desfasaje histórico que arrastra el país en esta materia.
“Argentina tiene un desfasaje entre la hora oficial y el huso horario que realmente nos corresponde, y esto provoca varios inconvenientes”, explicó Cobos, al presentar el proyecto en abril a través de sus redes sociales.
En su artículo 1°, la iniciativa propone establecer como Hora Oficial Argentina la correspondiente al huso horario de cuatro horas al oeste del meridiano de Greenwich (-04 GMT), en línea con lo que determina el Sistema Internacional de Husos Horarios. La propuesta apunta a corregir un desajuste histórico que, según sus impulsores, genera sobrecostos energéticos y afecta la calidad de vida.
La modificación permitiría que el horario laboral y escolar comience con mayor presencia de luz solar, reduciendo así el uso de iluminación artificial durante las primeras horas del día, un factor clave en la demanda energética.
La medida cuenta con el aval de estudios técnicos como el de la doctora Andrea Pattini, directora del Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE) del CONICET Mendoza, que destaca los beneficios energéticos, ambientales y sociales de una correcta sincronización entre el reloj y el ciclo solar.
El proyecto además, cobra especial relevancia en un momento de tensión mundial por los precios de la energía. Las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania y el conflicto en Medio Oriente elevaron considerablemente los costos del petróleo, el gas y el carbón, lo que también impacta en las tarifas y subsidios energéticos en Argentina.
“No se trata solo de una cuestión técnica. En este escenario, cada decisión que permita optimizar el consumo energético y reducir gastos innecesarios debe ser considerada”, subrayó Cobos.
Fuente: Ambito Financiero