
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la pobreza en Argentina cerró el 2024 en un 38,1%, mientras que el 8,2% de la población se encuentra en indigencia. Esto significa que unos 17,9 millones de personas son pobres y 3,9 millones no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación.
Las cifras marcan una mejoría respecto al primer semestre de 2024, cuando la pobreza había alcanzado el 52,9%, el nivel más alto en dos décadas. Sin embargo, al comparar con el segundo semestre de 2023, cuando la pobreza era del 41,7%, la reducción no es tan significativa.
En diálogo con La Red, Luis Herrera, contador público y docente de la UNLaR, analizó los datos del INDEC y los relacionó con el contexto económico del país. «La caída de la pobreza es notoria si la comparamos con el 52% que se registró a inicios de 2024, pero si lo vemos en relación con 2023, la reducción no es tan impresionante, porque en ese momento era del 41%», explicó.
Herrera destacó que esta baja de la pobreza coincide con la desaceleración de la inflación, que actualmente ronda el 3% mensual, lo que permitió recuperar parte del poder adquisitivo de los ingresos.
A pesar de la mejoría en los indicadores, el especialista advirtió que el desafío sigue siendo reducir aún más la pobreza, ya que, en comparación con otros países, Argentina sigue estando entre las naciones con mayor pobreza a nivel mundial.
¿Es posible una nueva devaluación?
Consultado sobre la posibilidad de una nueva devaluación y su impacto en la pobreza, Herrera indicó que no hay certezas al respecto. «Los mensajes del gobierno descartan una devaluación, y un punto positivo es que el uso de las reservas del Banco Central ha buscado contener este riesgo. Sin embargo, si ocurriera una devaluación, su impacto sería un aumento de precios y, en consecuencia, un crecimiento de la pobreza», advirtió.
En diciembre de 2024, una familia tipo necesitaba más de un millón de pesos para no ser pobre y 450 mil pesos para no caer en la indigencia.