
El funeral del papa Francisco se celebró este sábado en el Vaticano, cumpliendo su deseo de una ceremonia sencilla. Jorge Mario Bergoglio, el papa número 266 de la Iglesia Católica, fue sepultado en la basílica de Santa María la Mayor, un sitio de profunda significación para su vida y pontificado.
Durante el rito de clausura del féretro, realizado de manera privada en la Basílica de San Pedro y presidido por el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell, se depositó dentro del ataúd el rogito, un documento solemne que resume los momentos más importantes de su vida y pontificado.
El rogito, colocado en un tubo metálico dentro del ataúd, repasa desde el nacimiento de Bergoglio hasta su elección como Papa en 2013, destacando su estilo humilde y cercano: «Era un pastor sencillo y muy querido en su arquidiócesis, que viajaba por todas partes en metro y autobús. Vivía en un apartamento y se preparaba la cena, porque se sentía uno más del pueblo», señala el texto.
También resalta su compromiso con los marginados: «Siempre atento a los más pobres y descartados por la sociedad, Francisco eligió vivir en la Domus Sanctae Marthae tras ser elegido, buscando mantener el contacto cotidiano con la gente». Además, recuerda que desde el inicio de su pontificado celebró el Jueves Santo fuera del Vaticano, en cárceles y centros de asistencia.
En tiempos marcados por conflictos bélicos, el documento subraya su constante llamado a la paz: «Los últimos años de su pontificado han estado marcados por numerosos llamamientos en favor de la paz, contra la Tercera Guerra Mundial en pedazos en diversos países, especialmente en Ucrania, Palestina, Israel, Líbano y Myanmar».
«Francisco fue el 266º Papa. Su recuerdo permanece en el corazón de la Iglesia y de toda la humanidad», concluye el rogito, reflejando el legado de un pontífice que marcó una época con su humildad y compromiso social.
Fuente: Noticias Argentinas