Axel Kicillof, Ricardo Quintela y Gildo Insfrán fueron los mandatarios peronistas que buscaban la continuidad de Lamothe. Macri quería a Sebastián De Luca para ese lugar, una elección que no terminaban de digerir algunos gobernadores del PRO.
El bloque de gobernadores radicales y del PRO sumó a Martín Llaryora y Claudio Vidal y negoció en bloque sus 10 votos.
Sin embargo, el peronismo consiguió los apoyos de Alberto Weretilneck y de Rolando Figueroa y con eso se aseguró la conducción del CFI.
El CFI es conducido por los gobernadores peronistas desde su creación. Maneja una caja de cerca de 100 mil millones de pesos que se distribuyen entre las provincias argentinas excepto San Luis y la Capital.