
En el marco de la preocupante crisis educativa que atraviesa la Argentina, la organización Enseña por Argentina lanzó junto a Argentinos por la Educación una campaña nacional de alfabetización bajo el lema #QueEntiendanLoQueLean.
La Campaña Nacional por la Alfabetización nació en mayo de 2023 a partir de un dato que no podíamos dejar pasar: en Argentina, 1 de cada 2 chicos de tercer grado no comprende lo que lee. Un número duro que nos golpeó y nos movió a la acción.
Desde ese momento, junto a más de 200 organizaciones de la sociedad civil, líderes sociales y empresariales, y expertos de distintos ámbitos, decidimos empujar esta causa entre todos. Porque la alfabetización no puede ser un tema más: es la base de todo.
Con el apoyo de periodistas, referentes y personas comprometidas de todos los sectores, logramos algo que no pasa todos los días: poner la alfabetización en el centro de la agenda pública y política.
Los números de la crisis en educación
Las cifras oficiales dan cuenta de una realidad alarmante. Según las últimas pruebas Aprender, el 58% de los estudiantes no alcanzó un nivel satisfactorio en lengua. En el nivel avanzado, el porcentaje cayó del 11% en 2022 al 6,3% en 2024. En tercer grado, solo el 45% logró el nivel esperado en comprensión lectora, mientras que un 30,4% mostró un desempeño bajo y un 8,3% fue clasificado como lector principiante.
Cipriota destacó que, aunque Argentina aún logra mantener altos niveles de escolarización, la calidad de los aprendizajes ha disminuido sensiblemente. “Seguimos siendo excelentes en tener a todos los chicos en la escuela, pero los resultados ya no están alcanzando lo mínimo y necesario para que puedan tener una vida plena”, sostuvo.
Más preocupante aún, advirtió, es que “Argentina está dándonos peores resultados que otros países de la región que son más pobres”, lo que demuestra que el problema no es solo económico sino también de eficiencia del sistema. “Antes, la escuela argentina sabía igualar, equilibrar. Hoy, aunque la familia no pueda acompañar, la escuela debería poder enseñar a leer. Pero tenemos a los chicos en un tenedor libre todo el día y a veces salen desnutridos”, graficó.
Las útiles cada vez más costosos
El análisis también apuntó al exceso de demandas sobre las escuelas. “Hoy se les pide todo: tecnología, educación emocional, medioambiente… pero sin lo básico, que es leer, no se puede avanzar en nada más”, explicó Cipriota. “Los docentes hacen malabares. Por eso esta campaña busca devolver la centralidad a la alfabetización”.
Consultada sobre si la pandemia había sido un punto de inflexión, la directora ejecutiva aclaró que “esta crisis viene de antes”. “La pandemia profundizó problemas, pero no los generó. Hay múltiples factores: formación docente, tiempo de aula, enfoque pedagógico, formas de evaluación… Es un combo complejo que venimos arrastrando desde hace décadas”.
También puso el foco en la brecha social que se traslada al aprendizaje: “La brecha económica es una brecha educativa. En los sectores más pobres, 7 de cada 10 chicos no comprenden lo que leen a los 15 años. En los más ricos, son 3 de cada 10. Es decir, no es solo un problema de pobreza, es un problema de todo el país”.
Lo importante en el desarrollo educativo de los chicos
Frente a este panorama, Enseña por Argentina propone acciones concretas y articuladas. “Lo que proponemos es actuar, no quedarnos en la indignación. Hay que ayudar desde donde estemos: apoyar a los chicos del entorno cercano, colaborar en las escuelas, en las bibliotecas, en merenderos. Es posible sumar”, invitó Cipriota.
En ese sentido, valoró que haya provincias que ya están implementando planes de alfabetización, pero reclamó continuidad y compromiso. “Necesitamos que se destinen recursos, que se capacite a los docentes, que se evalúe y que no se pierda el foco”, concluyó.
La campaña #QueEntiendanLoQueLean ya es una bandera visible, que busca recuperar una de las herramientas más poderosas que tiene una sociedad para construir futuro: la capacidad de comprender. Porque sin lectura, no hay democracia, ni ciudadanía, ni progreso.