
En un video difundido tras los anuncios de Caputo, el presidente Javier Milei, acompañado de su gabinete, declaró la eliminación definitiva del cepo cambiario: «Lo eliminamos para siempre». La medida se enmarca en un nuevo acuerdo con el FMI que incluye ajuste y devaluación. Felicitó a los 87 diputados que respaldaron el veto al aumento de jubilaciones en defensa del superávit.
Festejo el fin del cepo: «Se ha terminado de romper el último eslabón de la cadena que mantenía nuestra economía nacional atada hace 15 años», dijo el presidente. «Luego de un año de duro trabajo podemos dar por terminado el proceso de saneamiento argentino», añadió. El presidente habla de un “saneamiento argentino”, pero oculta la sangría de dólares del Banco Central que obligó al Gobierno a someterse a las exigencias del FMI. Un “saneamiento” que implicó un fuerte ajuste a los jubilados, trabajadores, estudiantes y no a la casta como prometió en la campaña electoral. También hay que recordar la operación de traspaso de la deuda del Banco Central al Tesoro para mostrar una baja de la deuda de la autoridad monetaria, pero solo fue una maniobra contable de Caputo.
Javier Milei hizo referencia a la serie de anuncios que hizo el ministro de Economía Luis Caputo y el Banco Central. Así celebró la devaluación que impuso el FMI y el acuerdo con el organismo.
El presidente afirmó: “Tengo el agrado de dirigirme con una noticia que esperábamos hace mucho tiempo. Eliminamos el cepo cambiario de la economía argentina para siempre”. Milei destaca el salto del tipo de cambio que provocará una inflación más alta y se profundizará la caída del poder de compra de los salarios, jubilaciones y programas sociales. Entre las medidas que se anunciaron este viernes se encuentran: una banda de flotación del dólar entre los $1.000 y $1.400, eliminación del dólar blend, se flexibiliza el cepo para las empresas.
El FMI entregará al Gobierno un préstamo de U$S 20.000 millones en un programa de cuatro años. Milei sostuvo: “Hace unos minutos el Fondo anunció un programa inédito porque es la primera vez que el FMI aprueba uno que no es para financiar la transición de una macroeconomía desordenada a una ordenada, sino para respaldar un plan económico que ya ha rendido sus frutos. Le quiero agradecer al board y, especialmente, a la presidenta del organismo”. El presidente festeja una nueva hipoteca para el pueblo trabajador que incluirá más ajuste, como reconoció durante su discurso.
Luego, felicitó «a los 87 héroes que defendieron el superávit fiscal con los esfuerzos que hicimos para eliminar la demagogia para siempre». Se refirió así a los 87 diputados que respaldaron el veto al aumento a las jubilaciones y a quienes agasajó con un asado en la Quinta de Olivos.
Para justificar el préstamo que le otorgó el FMI -y que el gobierno persiguió insistentemente-, sostuvo que fue otorgado por ser «un alumno ejemplar». Sostuvo que Argentina pasó «de ser el peor alumno del mundo en materia económica a hacer los deberes y ser el alumno ejemplar», en referencia a los objetivos cumplidos por bajar el déficit fiscal a fuerza de despidos, pobreza y ajuste a los jubilados. Sin embargo, mintió y afirmó que «pusimos las cuentas fiscales en orden en tiempo récord y casi la totalidad del ajuste recayó sobre el Estado y no sobre los argentinos de bien». Esto lo dijo minutos después de que agradeció a los diputados por votar contra la reforma jubilatoria. Dijo que Argentina es «uno de los cinco países del mundo que solo gasta lo que recauda y ni un peso más».
“Pudimos sacar la última espina que nos infringía un dolor profundo, nos deshicimos del cepo cambiario”, manifestó el presidente. Sin embargo, horas antes, el Indec había dado los índices de inflación del 3.7 %. A pesar de estar anunciando una nueva devaluación y más ajuste, Milei insólitamente sostuvo que esperan «que la inflación sea un mal recuerdo del pasado».
También le dedicó un párrafo a las turbulencias económicas y sostuvo que la salida del cepo y el acuerdo con el Fondo harán que «no haya razones para que la Argentina sufra futuras turbulencias autoinfligidas… Estamos preparados para el shock externo».
Milei también reiteró el ajuste que había anunciado Caputo: «Necesitamos un superávit primario del 1,4 por ciento y ahora decidimos elevarlo al 1,6 por ciento», dijo Milei en la cadena nacional. Y subrayó: «Nuestro objetivo es convertirnos en el país más libre del mundo».
Responsabilizó de la inflación al acuerdo con el FMI que tuvo que pasar por el Congreso producto “de la aberración de la Ley Guzmán, que nos obligaba a ir al Congreso para pedir permiso para acordar con el FMI».
Lo cierto es que el nuevo endeudamiento con el FMI y las condiciones devaluatorias que impone el programa demuestran que el plan económico de Milei y su gabinete fracasaron. Caputo buscaba aguantar sin devaluar hasta las elecciones, pero tras la estafa $Libra aumentó la inestabilidad en los «mercados», siguió la sangría de lo que forzó a Milei a sucumbir a las presiones de los «mercados» y del Fondo, quienes solicitaban una devaluación.
El presidente intentó revestir de épica heroica su anuncio para presentar —y ocultar— lo que, en realidad, implica un nuevo golpe al bolsillo ciudadano y una mayor inestabilidad económica. Estas medidas podrían impulsar un aumento de la inflación y una posible recesión. Tampoco pudo soslayar que las tendencias hacia enfrentamientos comerciales y la incertidumbre en la economía global impactarán en Argentina, un país que ya enfrenta una profunda crisis económica interna.
Este anuncio llega en un contexto de creciente cuestionamiento desde abajo al gobierno. Las movilizaciones en apoyo a los jubilados, el repudio a las represiones brutales de Bullrich y el paro general de la CGT ocurrido apenas 24 horas antes reflejan el malestar en ascenso por el ajuste que ya se viene haciendo sobre las y los trabajadores y los sectores populares. Esta fuerza que comienza a despertar es la que puede enfrentar los planes económicos y políticos de Milei y el FMI, impulsando la continuidad del paro con un plan de lucha que avance hacia una huelga general, hasta derrotar los ataques e imponer una salida favorable a la clase trabajadora.